En los últimos días la marea verde logró volver a instalar en la agenda política que el aborto legal, seguro y gratuito es imprescindible en nuestro país y no admite más dilaciones. Con una solicitada en el día de ayer firmada por cientos de periodistas, activistas feministas, referentes de diversas luchas, personalidades del espectáculo, se sintetizó un trabajo de muchos meses que pese al ASPO y a la imposibilidad de realizar convocatorias masivas, se demostró una vez más la fuerza de nuestro grito: aborto legal ya. La solicitada la encabezaba un símbolo de nuestra lucha: Belén, presa casi tres años por abortar. Por eso, este 28 de septiembre, no es uno más, es el momento de profundizar nuestra organización y lucha porque el aborto legal en Argentina no puede esperar más.

¿Por qué la fecha?

En 1990 se celebró en Bariloche, Argentina, el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLAC), allí se discutió en el Taller sobre Aborto la importancia de organizarnos a nivel regional para luchar por este derecho. Se acordó declarar el 28 de septiembre como «Día por la Despenalización y Legalización del Aborto en América Latina y del Caribe» y conformar la Campaña 28S.

Cada 28 de septiembre se realizan acciones, que fueron extendiéndose a todo el mundo (no sólo América Latina), para poner en la agenda política de cada país la lucha por la despenalización y la legalización del aborto voluntario. Por eso hablamos de acciones en el marco del Grito Global por el Aborto Legal.

Por América Latina, ¿cómo venimos?

Si miramos cómo es el acceso al aborto en diferentes partes del planeta, observamos que América Latina es una de las zonas geográficas con más restricciones. Mientras en Europa, EE UU, incluso gran parte de Asia, el aborto es legal sin restricciones, con algunos pocos países como excepción. Pero en el Sur, sobre todo en América Latina y África es donde más limitaciones encontramos o directamente prohibiciones totales.

Para profundizar un poco sobre este tema, hablamos con compañeras feministas organizadas de México, Nicaragua, Honduras, Brasil y Chile, para que nos cuenten de primera mano cómo es el acceso o no, al derecho al aborto en su país. Estate atentx, en los próximos días vamos a publicar las crónicas de cada país.

En Argentina, es urgente: tiene que ser ley

En Argentina venimos protagonizando desde el 2018 la “marea verde”, como un movimiento intergeneracional que llegó para quedarse y puso en el centro del debate político la necesidad de legalizar el aborto voluntario. Con la Campaña por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito seguimos actives, aun en un escenario más complejo para la intervención y la disputa con los sectores antiderechos, instalando la necesidad de nuestro derecho a decidir.

El 2020 comenzó con la esperanza de ser el año de la ansiada legalización del aborto, con discursos presidenciales que prometían el tratamiento del proyecto y la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades. Pero la pandemia del COVID-19 se impuso, como sucedieron muchas otras veces con otros temas, y relegó el acceso al aborto a una discusión “secundaria o menos urgente”. Se comenzó a escuchar que es un tema que no es posible abordar hoy porque el sistema de salud está colapsado. Creemos que esto no es así. Si se sanciona el derecho al aborto voluntario los equipos de salud tendrán más y mejores herramientas para abordar esta realidad que existe.

El último informe que presentó la línea 0800 de salud sexual y reproductiva, arroja que un 91% de las consultas son respecto al acceso a la ILE. Durante el ASPO, los embarazos no deseados continúan y las barreras de acceso a los derechos sexuales y reproductivos se profundizan. Porque se hace más difícil acceder a las redes de contención que funcionan como facilitadoras de acceso a derechos. Queremos evitar muertes por COVID, pero también queremos evitar las muertes por abortos clandestinos que se siguen sucediendo. Desde la vuelta de la democracia se calcula que murieron unas 3030 mujeres por esta causa. Estamos hartas de contar mujeres muertas, presas o criminalizadas por abortos clandestinos.
Las niñas siguen siendo forzadas a ser madres porque se les niega el acceso a la ILE. Este es uno de los actos de mayor crueldad que tenemos que seguir soportando. Exigimos que todas las provincias adhieran al Protocolo ILE del Ministerio de Salud de Nación, pero también sabemos que los gobiernos provinciales pueden adherir pero poner trabas a su implementación como fue el caso de Horacio Rodríguez Larreta en CABA. Por eso, necesitamos una Ley Nacional que reglamente el acceso a este derecho.

Que el presidente esté expresamente a favor de la despenalización y legalización del aborto no es poca cosa, pero nuestra organización y lucha debe profundizarse para que ponga toda su capacidad política en lograr los votos necesarios para que se convierta en Ley. La heterogeneidad de la alianza gobernante exige redoblar la disputa política en los meses que quedan porque la legalización del aborto tiene que ser ahora, es una deuda con el movimiento feminista y con les millones que nos expresamos en las calles a favor de este derecho. Tiene que ser en el 2020, porque en un año electoral, como es el próximo, nos volverán a decir que no es un tema prioritario. La única garantía entonces es lograr nuevamente que esa marea verde que se inició en 2018 demuestre su capacidad de imponerse en la agenda política y construir la unidad necesaria para conquistar nuestro derecho.

Para poder decidir sobre nuestros cuerpos, para poder vivir una vida libre de violencias desde niñas, la sanción del Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazado impulsada por la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito es urgente, es prioritario y es esencial.

¡Será Ley!

#AbortoLegal2020

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