Hoy 22 de mayo se cumple un aniversario del nacimiento de Agustín Tosco, referente de aquella corriente que durante los años sesenta y setenta se conoció como “sindicalismo para la liberación” y que dejó su impronta en la CGT de los Argentinos y en jornadas como el Cordobazo que, en una semana, cumplirá un nuevo aniversario.

Pocos dirigentes sindicales fueron respetados por todas las tendencias políticas del movimiento obrero y popular como “el gringo” Tosco. Su honestidad y antiburocratismo lo llevó como un gen en el cuerpo al punto de ser uno más en el lugar de trabajo mientras era Secretario General de Luz y Fuerza. Su coherencia y firmeza para defender los intereses de la clase trabajadora siempre fueron de la mano con un profundo combate contra las visiones sectarias que pretendían dividir al movimiento y de una gran capacidad de comprensión de las posiciones políticas de los trabajadores y trabajadoras.

Aquel debate con Rucci que transmitió Canal 11 y fue moderado por Gerardo Sofovich y Conti, dejó frases que sintetizan no solo su práctica sindical sino también su visión política:

“Nosotros conceptuamos al movimiento obrero como una práctica eminentemente democrática, como una democracia que surge de las bases. Sostenemos que todo compañero que es representante de una organización obrera debe mirar más hacia las bases que hacia la cúspide. Más hacia el contenido de lo que reclaman los trabajadores, los sectores populares, que a las formalidades”.

“Nosotros creemos que hay sugestivos motivos por los cuales se quiere dividir al país en peronistas y antiperonistas. Con el mismo derecho nosotros señalamos que la división que debe hacerse no es así, sino entre quienes están consecuentemente con la lucha del pueblo y quienes están con la entrega”.

Tosco, por supuesto, no se limitó a la práctica sindical, sino que apoyó e impulsó diferentes iniciativas por constituir una alternativa política de la clase trabajadora que luchara por el fin de la opresión y la explotación, aunque ese proyecto no haya logrado llegar a plasmarse por diversos motivos que obviamente requieren un análisis más extenso.

Murió un 5 de noviembre, en la clandestinidad, perseguido por la Triple A. Sin embargo, su legado como referente obrero y popular mantiene una absoluta vigencia en la pelea cotidiana por forjar organizaciones que defiendan los intereses de lxs trabajadorxs.

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