La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) y la Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA), transitan su séptimo día de huelga nacional ante la falta de respuesta, una vez más, por parte de las cámaras patronales al reclamo de actualización salarial. Por la negativa patronal, no hubo acuerdo en una nueva audiencia que se extendió por 10 horas en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

En un contexto ceñido por la pandemia de coronavirus, la federación aceitera y la Unión Recibidores de Granos reclaman una recomposición salarial debido a la pérdida de poder adquisitivo, producto de la inflación durante 2020. Los gremios y las patronales habían resuelto, durante el acuerdo paritario de abril, realizar una revisión salarial en septiembre, que permitiría actualizar los salarios frente al encarecimiento del costo de vida que se produjo entre esos meses.

Frente al ofrecimiento escaso de la patronal agroexportadora, tanto FTCIODyARA como URGARA, iniciaron una medida de fuerza hace dos meses que, luego de una conciliación obligatoria y otra posterior voluntaria como señal de buena voluntad por parte de los trabajadores y trabajadoras, fue retomada con fuerza frente a la intransigencia de las patronales.

Durante el día de ayer 14 de diciembre, las organizaciones de los trabajadores se hicieron presentes en la sede del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, convocados por la cartera, en un nuevo intento por destrabar el conflicto con las cámaras empresariales, patronal que se mantiene sin dar una respuesta seria a las demandas obreras.

En un comunicado, los compañeros aceiteros indicaron haber sido “convocados por las autoridades de la cartera laboral con el propósito de avanzar en la negociación salarial que, como es de público conocimiento, se encuentra estancada debido a la intransigencia patronal. Motivo que fundamenta la Huelga Nacional que nos encontramos realizando junto a los compañeros de la Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA), en coincidencia con la medida de fuerza del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (SOEA) lo que implica la paralización total de la producción de aceites, subproductos y exportación de granos en todos los puertos cerealeros”.

A su vez, las organizaciones sindicales denuncian una campaña de difamación por parte de las cámaras patronales, quienes en diferentes medios de comunicación afirmaron que el pedido de aumento salarial era de un exorbitante 176%, cuestión que no es real, ya que como lo expresa la federación aceitera en sus comunicados, la reanudación de la medida de fuerza es “en defensa del Salario Mínimo Vital y Móvil según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, esto es, que asegure a los trabajadores alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión”, lo que implicaría un aumento que ronda el 20%.

Una vez más la federación aceitera se coloca como ejemplo de unidad y lucha por la dignidad de la clase trabajadora con una huelga nacional que ya es histórica. “La gran Huelga Nacional es la respuesta de los trabajadores ante la prepotencia de las patronales para quienes fuimos esenciales a la hora de mantener la producción desde el primer momento de la pandemia, pero dejamos de serlo a la hora de reclamar el salario que nos corresponde para una vida digna” afirmaron los aceiteros en el último comunicado.

Ante una nueva provocación por parte de las patronales, los trabajadores reafirmaron la continuidad “con firmeza nuestra lucha”, en tanto enfatizaron en sostener la “defensa del Salario Mínimo Vital y Móvil según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo”.

En un conflicto que pareciera adquirir tintes políticos de presión al Gobierno por un lado, y a la clase obrera organizada por el otro, desde Abriendo Caminos refrendamos nuestro total y absoluto apoyo a las compañeras y compañeros aceiteros, entendiendo su lucha como una lucha intrínseca de la clase trabajadora contra quienes pretenden que la crisis pandémica recaiga sobre las espaldas de los que menos tienen.

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