El día de ayer todes les docentes de la Ciudad, mientras comenzábamos una nueva jornada laboral, nos encontramos con un video de la Ministra de Educación, Soledad Acuña, haciendo un verdadero descargo clasista contra nosotres al tiempo que instaba a los padres y madres a comenzar una persecución ideológica en las aulas.

Acuña, funcionaria que llega a la función pública de la mano de los “think thank” que tantos cuadros neoliberales han arrojado a la función pública, puso de manifiesto todo su desprecio hacia les docentes. En la lógica meritocrática que caracteriza a los funcionarios de Cambiemos, la ministra nos definió como personas que llegamos por descarte a un aula luego de fracasar en varias carreras, con bajo nivel cultural y por lo tanto, responsables del estado de la educación.

Sumado a todo lo anterior, Acuña planteó que otro atenuante de la docencia era su origen social consagrando así su argumento con un odio de clase pocas veces puesto de manifiesto de manera tan explícita. Por último y como si todos los agravios hasta acá descriptos fueran pocos, sumó a su diatriba anti-docente que la “sobreideologización” en las aulas es el gran problema de la educación, instando a que padres y madres denuncien las “bajadas de línea” ahora que pueden acceder a los contenidos debido a la teleducación en el marco de la pandemia.

Para el entendimiento de Acuña, egresada del Primo Capraro, colegio de la élite barilochense que tuvo de director al nazi Erich Priebke, muy lejos queda lo que motiva a quienes venimos de familias trabajadoras a entrar al aula, a dedicar mucho más tiempo de lo que representan nuestros míseros sueldos. Acuña jamás podría entender que respondamos mensajes de whatsapp o decenas de mails a cualquier hora para hacer los seguimientos de les estudiantes en este contexto. Menos aún está en condiciones de dimensionar los esfuerzos por recontactar a quienes, debido a las políticas e inoperancia de su propio ministerio han quedado totalmente desvinculados del ámbito escolar en este año, pese que ella junto a Larreta recorra para la foto las pocas escuelas públicas que han regresado a la presencialidad en las últimas semanas. Sabemos que la escuela es un ámbito de real transformación para les pibes, un ámbito desde donde poder cuestionar, efectivamente las injusticias que nos rodean, donde generar pensamiento crítico. Si eso es para Acuña “sobreideologización” le respondemos que esa es la educación pública que defendemos, una educación emancipadora, liberadora.

El modelo de educación que el Pro viene desarrollando desde hace más de una década va justamente en la línea de los planteos públicos de la ministra. Las diversas reformas implementadas tienden cada vez más a eliminar contenidos, a restringir las materias sociales en el nivel medio dependiendo las orientaciones para de ese modo “desideologizar”. En cuanto a la Formación Docente, Acuña busca desprestigiar a los profesorados para poder mostrar la UniCABA como una alternativa de formación inicial, proyecto que han rechazado las comunidades educativas de los 29 profesorados de la ciudad por entender que es un proyecto que precariza las condiciones de trabajo de les docentes de nivel superior, al mismo tiempo que impone una “nueva” currícula, amiga de los mercados y contraria a la educación popular por la que trabajamos.

Buscan del mismo modo asociar cada vez más la educación a los parámetros del mercado como recurrentemente lo muestran los intentos de implementar pasantías laborales en multinacionales, “educando” así en la precariedad laboral a nuevas generaciones.

Las declaraciones de Acuña deben ser repudiadas masivamente por todos los sectores. El odio clasista y el llamado a que las familias denuncien la ideología de los docentes, del mismo modo que apelaba a ello la última dictadura militar, no pueden ser manifestaciones que se dejen pasar. Del mismo modo que Darío Lopérfido debió renunciar al ministerio de Cultura tras su declaraciones negacionistas en 2016, es necesario articular una campaña lo más amplia posible para que sea el mismo camino el que transite Acuña.

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