Para les trabajadores sin patrón organizades en cooperativas es imprescindible la inclusión total a la ayuda estatal. Frente a la pandemia Covid 19 y las regulaciones de aislamiento, el gobierno nacional fue lanzando desde el inicio distintas medidas para poder paliar la situación crìtica desde lo económico. El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), la reactivación de la Lìnea 1 del Programa de Trabajo Autogestionado (PTA), créditos blandos a tasa fija anual del 24% (para pagar sueldos) y la reciente lìnea de crédito para capitalizaciòn subsidiada al 18% anunciada por Kulfas, desde el Ministerio de Desarrollo Productivo. Si bien cubren a una parte del sector, lo concreto es que resulta insuficiente para la totalidad de les trabajadores.

Frente a un sector que se encuentra en crisis y sin capital, los créditos blandos no son en este contexto un engranaje que pueda ayudar a la recuperación productiva. El panorama no es fácil: hay trabajadores que retiran $4000 por mes, los $6500 del PTA o los del IFE (muches también han sido rechazades) mientras que el estancamiento general de la economía y el aumento de la inflación, más alquileres y servicios públicos, hacen cada vez más pesada la incertidumbre y la necesidad de una respuesta concreta.

El programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) destina fondos y subsidios a las empresas privadas cubriéndoles el 50% del salario de su planta de trabajadores. Muchas de las adjudicadas el mes pasado, no sólo han despedido y ajustado a sus trabajadores, sino que frente a la ampliación de requisitos desde lo fiscal o la inhabilitación para operar dólares en la bolsa para sostener el plan, se han dado de baja. El grupo de los Rocca-Techint es un ejemplo de esto, un pulpo empresarial que al comienzo de la pandemia a pesar el decreto de anular despidos, suspendió a 1400 trabajadores de sus empresas. La voracidad capitalista siempre especula con incrementar sus bolsillos a costa del pueblo trabajador, sin ningún tipo de regulación en las adjudicaciones de este beneficio. Sin medias tintas, especulan frente la crisis. Y en este sentido la no inclusión de las empresas cooperativas a este subsidio marca claramente una necesidad de revisión para que ningún subsidio sea utilizado para alimentar las abultadas ganancias empresariales.

La gestión obrera representa un eslabón importante en la economía. Cerca de 170.000 trabajadores desarrollan sus actividades en el país construyendo otras relaciones de trabajo. Curtidores, gastronómicos, hoteleros, gráficos, ceramistas, metalúrgicos, prensa, son algunos de los sectores que se han desarrollado y han defendido sus puestos de trabajo. Sin patrón se puede. Por eso es vital trazar la unidad de acción para fortalecer un plan de lucha que logre la ampliación de los ATP al total de las cooperativas. Establecer una política de compra estatal a las mismas y desarrollar una fuerte campaña para que los Rocca dejen de ser subsidiados y empiecen a tributar un impuesto a las grandes fortunas. Que la crisis no caiga sobre la espaldas de lxs trabajadorxs. Que los mismos de siempre no tengan coronita. ¡Impuesto a las grandes fortunas ya!

¡Unidad y plan de lucha!

¡ATP para las cooperativas!

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