El pasado 31 de agosto falleció César Cigliutti, un histórico activista de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) y por los derechos humanos de las personas LGBTIQ+. Desde estas líneas lo despedimos y lo recordamos con afecto.
Quizás a muchas personas les cueste entender qué lleva a alguien a entregar toda su vida (o gran parte de ella) a la militancia o el activismo. También quizás no haya demasiadas explicaciones racionales que puedan dar en la tecla con la mejor respuesta. Y es que activar para transformar tiene sentido más allá (y solo más allá) de nuestras voluntades individuales, y por ende también de nuestras palabras individuales. Seguramente algo de esto experimentaba César Cigliutti en ese andar militante que fue su vida, un camino que siempre tuvo una dirección clara: los derechos humanos de las personas LGBTIQ+.
Su experiencia en la participación política se inició en el año 1984 cuando se encontró con la recientemente fundada Comunidad Homosexual Argentina que presidía Carlos Jáuregui, con quien entablaría una relación de compañerismo y profunda amistad.
Compartió grandes jornadas de lucha en las calles con muchxs activistas de aquellos años de democracia joven, de represión, discriminación y de una profunda falta de derechos.
Fue parte significativa en la organización de aquellas emblemáticas primeras marchas del orgullo, esas en las que mostrar el cuerpo no heteronormado a luz pública de la calle, la plaza y la TV era un riesgo concreto y material a ser despedidx, agredidx y señaladx.
También participó de aquellas acaloradas noches en las que se discutía la Ley de Matrimonio Igualitario en el Congreso Nacional. Muchas veces lo escuchamos agitando una aprobación que se hacía urgente porque también se escuchaban voces (no demasiadas o, por lo menos, no suficientes) que enarbolaban argumentos tan retrógrados que la misma aprobación de esa ley se transformó, necesariamente, en la confirmación de lo obsoleto de esos discursos de odio. Esos que paradójicamente hoy se alzan peligrosamente en nuestros territorios americanos.
Siempre formaron parte de sus preocupaciones los actos discriminatorios, los ataques y crímenes de odio, y la exclusión que el sistema reserva especialmente a las personas LGBTIQ+.
Podrían decirse muchas cosas más de este referente, quizás tantas como personas lo recordemos ahora que despedirlo nos invita a recuperarlo y tenerlo presente. Lo que siempre dejó en claro es esto: que a él la militancia en la CHA le dio la posibilidad de dotar de significado político a su identidad sexual. Quizás también en este punto también habita algo del sentido del que hablamos. El activismo nos permite escapar a los estereotipos que existen y pesan sobre la homosexualidad y construir una “putez” que discuta con ellos y se invente a sí misma; y que a su vez teja puentes y lazos con otras experiencias oprimidas de alrededor, aspecto fundamental para la supervivencia y la conquista de derechos. Estos son los territorios conquistados por, entre muchxs otrxs, Carlos y César. Gracias por eso, siempre.
Recordamos a César Cigliutti porque valoramos su entrega amorosa al activismo con horizontes de libertad. Son las victorias de las que formó parte sobre las cuales construimos siempre un rumbo que no solo vaya más allá de lo que existe, sino que invente un nuevo mundo que sea vivienda, refugio y hogar de todes.
¡César Cigliutti presente!