La revelación de Horacio Verbitsky de un sistema de “vacunación VIP” en el Ministerio de Salud en medio de la falta de vacunas para personal esencial desató rápidamente un impacto que provocó la inmediata salida del titular de la cartera y generó la primera crisis politica de magnitud al interior de la coalición gobernante. Lejos de imputarlo meramente a una transgresión personal de Ginés o de algunas figuras mediáticas, es necesaria una discusión respecto de la hoja de ruta y las prioridades del gobierno en medio de la crisis sanitaria y económica.
Un primer aspecto insoslayable es el repudio al accionar de Verbitsky y otros que solicitaron vacunarse salteando los cronogramas establecidos para el personal de salud, más aún cuando el abastecimiento de las vacunas se encuentra muy lejos de las necesidades populares con llegadas de vuelos a cuenta gotas. Por otro lado, el funcionamiento de un centro de vacunación en el ministerio de salud con “exclusividad” para figuras políticas y mediáticas en este marco es a todas luces escandaloso y ciertamente inexplicable cuando se registra la falta de recursos que recorre a la salud pública.
La renuncia de Ginés y el repudio a la actitud de Verbitsky, quien salió a revelarlo ante la inminencia de que los grandes medios difundieran la información, eran necesarias. Sin embargo, el alcance de la crisis es aún mayor ya que el diputado Eduardo Valdés y el senador Jorge Taiana fueron bajados del avión a México por haberse vacunado bajo este sistema irregular. Todavía se desconoce cuál puede ser el alcance de este escándalo dentro del Frente de Todos pero es, indudablemente, la primera gran crisis política del Frente de cara a las legislativas con un impacto en la opinión pública inevitable por la delicadeza y sensibilidad del tema en cuestión.
Por supuesto, la oposición de Juntos por el Cambio -que intenta capitalizar esta situación- carece de cualquier autoridad, siendo los principales responsables de haber sumido al país en una nueva quiebra nacional con un endeudamiento y fuga de capitales récord para beneficiar a sus amigos. Pero como todo, con la colaboración de los grandes medios, buscarán explotar esta situación con demagogia para llevar agua al molino de su proyecto reaccionario, tapando de paso el desastre de la gestión de Larreta con la vacuna en la Ciudad.
El tema es grave porque a los ojos de miles y miles de trabajadorxs de salud en la primera linea de la lucha contra la pandemia, ante lxs miles y miles de docentes que deben volver a clases presenciales sin condiciones y lxs milxs que se encuentran en comedores y barrios sosteniendo la olla, se juega si este Gobierno que votó para echar al macrismo lxs pondrá como su prioridad o se impondrán los sectores de poder de siempre famosos por su capacidad de lobby y presión.
Pero no sólo en la campaña por la vacunación, lo mismo ocurre a la hora de la disputa por los precios y el salario que tanto afecta al pueblo. O en la educación, con un ministro que avala el accionar de Larreta y Acuña en la Ciudad, sin protocolos y exponiendo a la comunidad educativa a un rebrote de Covid.
Frente a la crisis que atraviesa el país, las salidas a medias o que buscan conciliar con el poder traerán siempre resultados amargos.
La renuncia de Ginés y este escandalo ratifica la necesidad de un replanteo del sistema de salud, su centralización y dirección en manos públicas con participación de sus trabajadorxs, aumento del presupuesto y mejora de las condiciones laborales. Del mismo modo, es fundamental acompañar los planteos a nivel internacional por terminar con el negocio de los grandes laboratorios y poner la producción y distribución de las vacunas bajo el interes del bien público. En nuestro país, además del personal de salud, lxs trabajadorxs de la educación y de la economía popular junto con todxs aquellxs trabajadorxs esenciales y grupos de riesgo deben ser la prioridad.
Inevitablemente, estas medidas reclaman una reorganización más integral que cuestiones la concentración de la riqueza en pocas manos, que intervenga sobre los grandes especuladores que forman los precios y defiende el poder adquisitivo de la clase trabajadora.
Por supuesto, el desarrollo de un programa así no puede estar en manos de quienes se prestan a negocios o maniobras de espaldas al pueblo y reclama una conducta que solo puede ser respaldada y sostenida por la organización popular como pilar fundamental.
Desde Abriendo Caminos entendemos que el impulso de esta agenda por parte de los sectores populares es la mejor manera de derrotar y evitar cualquiera retorno de la derecha.