Recientemente se dio a conocer que el gobierno abonará en cuotas el medio aguinaldo de aquellos trabajadores y trabajadoras de la Administración Pública Nacional (APN,) tanto central como descentralizada y organismos autárquicos, que perciban un Salario Anual Complementario (SAC) de 40 mil pesos en bruto o más. Hace falta una salida distinta para que la crisis la paguen los que más tienen.

El desdoblamiento del aguinaldo impacta sobre aquellas personas que cobran un salario neto de poco más de 65 mil pesos (80 mil pesos bruto), quienes percibirán su aguinaldo de manera escalonada: 40 mil pesos (bruto) en junio y lo restante que deban percibir hasta en cuatro cuotas. Si bien el anuncio no alcanza a quienes perciben los salarios más bajos dentro de la APN, sí se presenta como una solución regresiva en una situación crítica, también para las y los empleados estatales.

En primer lugar, la medida no contempla particularidades: un salario de ese tipo que podríamos considerar como relativamente bueno para una persona, comienza a ser bastante ajustado cuando con el mismo debe vivir una familia. Por otro lado, al estar considerando el aguinaldo como una variable de ajuste en esta coyuntura, se omite el rol sustancial que las y los trabajadores vienen llevando en las diferentes áreas del Estado para que el mismo siga funcionando y garantizando al resto de la ciudadanía el pleno funcionamiento del mismo en tiempos de coronavirus.

Además, en una situación compleja donde la crisis provocada por el macrismo y acentuada en la coyuntura actual viene destruyendo puestos de trabajo y cerrando comercios, sacar plata de los bolsillos de los trabajadores y trabajadoras también tendrá un impacto en la economía general, ya muy debilitada.
Esta medida se suma a la precarización laboral que ya sufren las y los estatales: desde las condiciones de contratación –en la APN es fácil encontrar organismos casi completos que tienen su planta con contratos temporarios en el marco del Artículo 9 de la Ley de Empleo Público-, hasta las nuevas condiciones de teletrabajo, donde ni siquiera se están discutiendo las condiciones como insumos de trabajo, pago de servicios como la luz, internet o el teléfono ni mucho menos la circunscripción de las tareas dentro del horario laboral establecido.

Finalmente, es indudable que la decisión del Estado nacional de desdoblar el pago del medio aguinaldo legitima y refuerza esa misma orientación en administraciones provinciales y municipales y también en el sector privado.

El rol del Estado en la pandemia

Durante los años del macrismo el Estado sufrió ataques certeros que profundizaron la línea estigmatizadora entorno a lxs trabajadores públicxs. El achique producto de la degradación de Ministerios a Secretarías, los despidos masivos, los planes de retiro voluntario, fueron algunas de las medidas que dieron rienda suelta a las posiciones más extremas del liberalismo sobre el supuesto que en el Estado sobraban trabajadores.

La pandemia actual no solamente exacerbó la desigualdad social en la que vivimos, sino que puso de manifiesto la esencialidad del empleo público en toda su dimensión. No es solamente el sistema sanitario y el rol clave que enferemerxs, médicxs, trabajadorxs de higiene vienen cumpliendo, sino que han sido lxs trabajadores de cada repartición estatal quienes se pusieron en la primera línea de sus tareas para que el conjunto de la población pueda contar con un reaseguro en este momento crítico.

En este sentido, plantear que son lxs estatales quienes deben percibir su aguinaldo en cuotas, es profundizar aquella mirada estigmatizante entorno al rol y las necesidades del empleo público.

Frente a este escenario, la organización gremial es más importante que nunca. En un escenario donde las paritarias no cuenta con una oferta salarial para este año por parte del Estado empleador y no hay avances en la regulación de las condiciones de trabajo, es sustancial el rol de los sindicatos. En esta sintonía, ATE Nacional que está bajo la conducción de Hugo “Cachorro Godoy”, publicó una Carta Abierta al presidente Alberto Fernández donde enumeran algunas cuestiones estructurales heredadas del macrismo así como también el apoyo a ciertas medidas tomadas durante la pandemia, pero aseguraron que “la idea de la revalorización del Estado como garante de las políticas públicas no puede ir acompañado de una precarización salarial: sin propuesta de aumento salarial, desdoblamiento del pago del medio aguinaldo y reduciendo jubilaciones. Lxs trabajadorxs del Estado Nacional ya vimos recortado en un 37% el poder de compra de nuestro salario en los últimos cuatro años, sufrimos 35.000 despidos – no cederemos en el reclamo de su reincorporación – y la constante precarización en las condiciones laborales” y pidieron por el impuesto a “las 114.000 fortunas personas de más de un millón de dólares como un paso previo a una profunda reforma tributaria de carácter progresivo”.

Por su parte en ATE Capital, que está bajo la conducción de Daniel Catalano, aseguraron que se enteraron de la “intención” del gobierno nacional de pagar el aguinaldo en cuotas, entendiendo que es “necesario que estos trascendidos no se confirmen para los y las estatales nacionales y de ninguna jurisdicción ya que implicaría un nuevo perjuicio en nuestro salario, esto sumado a la hasta hoy ausencia de discusión de una pauta de actualización salarial urgente en vistas de la pérdida de salario mayor al 40% durante el gobierno de Macri y sus políticas de ajuste”. Además, desde la seccional de Capital reafirmaron que “las y los estatales hoy están en su mayoría trabajando en la primera línea de enfrentamiento contra la epidemia del COVID-19, en los hospitales, en las fronteras, con niñez, con adultos mayores, en el territorio, investigadores, administrativos, etc. entonces no podemos ser nuevamente la variable de ajuste. El aguinaldo es una conquista histórica e irrenunciable para las y los trabajadores”.

En este marco, no hay que omitir lo que desde ATE Capital vienen denunciando entorno a la situación de Ciudad bajo la gestión de Rodríguez Larreta, donde trascendió que el gobierno pagaría en cuotas aquellos aguinaldos de quienes perciban más de 50 mil pesos en bruto de salario, siendo esta situación aún más grave en una ciudad donde, según denuncian, la recaudación ha aumentado en un 50 por ciento en los últimos meses.

Más allá de estas particularidades y los posicionamientos, la medida es también aleccionadora: si el Estado Nacional toma una acción de esta índole, por qué no hacerlo desde las provincias y los municipios y, por supuesto, el sector privado, tanto en las pequeñas pymes que vienen sufriendo los embates de la economía así como también las grandes empresas como Techint, que a pesar de las inmensas ganancias obtenidas, no han titubeado en avanzar con despidos y recortes.

Más allá de las diferencias en las conducciones sindicales, es un hecho positivo que haya una coincidencia en el rechazo al desdoblamiento del medio SAC. Es necesario avanzar en articular la mayor unidad para defender los derechos y conquistas de la clase trabajadora.

Ante la crisis, impuesto a las grandes fortunas

Frente a una crisis sanitaria y social que se agudiza, la salida no puede recaer sobre los sectores populares, en este caso con el aguinaldo de lxs estatales pero que se refleja en otras medidas como el monto insuficiente en el IFE o su pago tardío. Por el contrario, consideramos que más que nunca se debe avanzar en un impuesto a las grandes fortunas de aquellas personas que se han enriquecido a costa del Estado sin poner un solo peso en la economía local sino que, por el contrario, no escatimaron en fugar cada dólar que obtuvieron (por supuesto, de dudosa legalidad en sus procedimientos).

Como señala la campaña No Tienen Coronita, si se cobrará un impuesto del 2 por ciento a las grandes fortunas, se podrían pagar casi 7 millones de aguinaldos de 40 mil pesos, es decir, se cubriría al total de los trabajadores y trabajadoras del estado (alrededor de 3.500.000) y aún quedaría una cifra aún mayor para seguir invirtiendo en, por ejemplo, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), cada vez más necesario en esta coyuntura.

Por todo esto, desde Abriendo Caminos, rechazamos el plan de pagar en cuotas los aguinaldos de lxs estatales y promovemos, más que nunca, que la crisis la paguen los que más tienen.

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