En un año signado por la pandemia, es innegable el rol esencial que han desarrollado les trabajadores estatales: desde sostener un funcionamiento permanente del Estado para llevar adelante los diferentes programas que se implementaron con el objetivo de morigerar los efectos de la pandemia (ATP, IFE, etc.) pasando por la dedicación de les docentes para garantizar la formación de les estudiantes de todos los niveles aún en este contexto excepcional, hasta el esfuerzo denodado de les trabajadores/as de la salud para atender a más de un millón de enfermos por Covid-19. En ese marco, cuál es el balance del cierre de la paritaria y los desafíos de les trabajadores.

Paritaria nacional: ¿estabilidad con salarios por debajo de la inflación?

Recientemente, finalizó la paritaria estatal del 2020 que contó por primera vez en muchos años también con la firma de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). El número final fue de un 25% de aumento anual (en diversas cuotas hasta mayo de 2021) y sobre el salario de mayo de 2020, sin considerar como parte del mismo los 4 mil pesos que se le asignaron a les empleades del sector por el Decreto 56/2020. Además, como parte de la negociación paritaria el gobierno en acuerdo con UPCN y ATE anunció el lanzamiento del programa “Concursar 2.0” que proyecta el pase a planta permanente y la recategorización de 29 mil trabajadores y trabajadores de todo el Estado nacional en los próximos años (2021-2023).

El acuerdo paritario es complejo. Porque si bien hay un avance promisorio en cuanto al pase a planta y la regularización de gran parte de les trabajadores del sector (algo que el macrismo prometió y nunca llevó a cabo en sus cuatro años de gobierno) lo cual plantea un escenario prometedor, por otro lado, se consolida una tendencia que profundiza la pérdida del salario estatal: nuevamente, según los datos proyectados, el aumento salarial estatal estará muy por debajo del aumento de la inflación. En este sentido, la situación del sector se agrava y se vuelve cada vez más difícil lograr la recomposición salarial necesaria que permita recuperar el poder adquisitivo de un sector tan grande como importante que viene perdiendo contra la inflación desde hace ya más de cuatro años y que tuvo tan sólo en los años del macrismo una pérdida real del salario de más del 37%, según un estudio de ATE Indec.

Ajuste en CABA: de conflicto en conflicto

La situación de este sector está lejos de ser la ideal también en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). A paritarias de miseria, por ahora nada más que un 7% en lo que va del año, se suma la permanente existencia de conflictos con trabajadores y trabajadores del sector. Esta realidad se enmarca en un contexto de ajuste presupuestario en el distrito más rico del país llevado adelante por el gobierno de Larreta.  

Por un lado, desde hace varios meses, los/as  enfermeros/as y técnicos/as de la salud vienen movilizándose en reclamo de salarios dignos y por el reconocimiento profesional de sus tareas. El silencio, la negación y también la represión (como sucedió en septiembre de 2020) son los mecanismos que el gobierno de Larreta viene implementando en forma sistemática para no dar una respuesta positiva a un sector esencial que enfrenta la pandemia en la primera línea.

Por otro lado, este ajuste se puso en evidencia en los recientes despidos en el Instituto de la Vivienda de Ciudad (IVC) que implicó también poner en riesgo los Proyectos de Reurbanización lo cual representa un empeoramiento de las condiciones de vida para los sectores populares de toda la Ciudad. Además, en este sector, el gobierno de Larreta le niega la organización y representación sindical a sus trabajadores y trabajadoras buscando imponer por la fuerza sus recortes.

Recomponer salarios CON estabilidad laboral

El tiempo pasa, los reclamos se acumulan y se vuelven cada vez más urgentes. Es indispensable poder revertir esta tendencia que implica una desmejora constante de las condiciones de vida de este sector. Si los recursos escasean por hay que recurrir a nuevas medidas que le saquen a los que más tienen como un impuesto permanente a las grandes fortunas, o la suspensión del pago y la investigación de la deuda externa que es el obstáculo más frecuente que se impone para no dar las respuestas necesarias. Sin soluciones, la organización y la lucha es nuestro camino.    

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