En el marco de la campaña electoral de cara a las PASO, Larreta parece más preocupado en no perder ningún voto por derecha y en cerrar sus negociados, que en atender las urgentes problemáticas que atraviesan a la ciudad y que se expresan en diversas luchas que se pretenden invisibilizar. El movimiento popular siguen enfrentando la ofensiva de la derecha porteña.
En Campaña
A poco más de quince días para las PASO los dirigentes de “Juntos” (por el Cambio), sorprendieron con un giro en su estrategia electoral para no perder votos en la Ciudad de Buenos Aires. La preocupación está puesta en que con la vuelta de Vidal al distrito se fuguen votos de una “derecha dura” hacia el frente “la Libertad avanza” que dirige Milei o incluso hacia la lista interna de Juntos por el Cambio que encabeza Lopez Murphy, aunque esta última juega dentro de la coalición oficial y es en sí misma una manera de contener a los sectores “más ultras”
En este marco, luego de semanas de ausencia, sumaron a la campaña a Mauricio Macri, que representa el ala más dura de una derecha que dejó al país en una crisis sin igual en tiempo récord, pero que hoy parecen relegar en función de sostener los votos más reaccionarios. Tal es así que insólitamente comenzaron a intervenir sobre temas como la deuda…después de haber sido responsables del mayor endeudamiento del país en el menor tiempo, y del crédito histórico del FMI a nuestro país, hipotecando el futuro de las próximas generaciones.
En este cuadro, está claro que la política del Gobierno de la Ciudad está dirigida a su núcleo duro de votantes y a realizar una campaña basada en arreglo de calles, sin ninguna perspectiva para los sectores populares que tras un año y medio de pandemia y crisis social y económica no han recibido ningún tipo de subsidio ni medida concreta por parte del gobierno de Larreta. Aún peor, lo que sí avanza en la Ciudad es la privatización del espacio público y los negociados inmobiliarios.
Un nuevo negociado con IRSA
El pasado 19 de agosto tuvo media sanción el proyecto llamado “Costa Urbana”, que afecta a un predio de 71 hectáreas que pertenecen a la empresa inmobiliaria IRSA y se encuentra al lado de la Reserva Ecológica y del barrio Rodrigo Bueno. El proyecto prevé el relleno de los terrenos y la construcción de edificios de lujo de hasta 45 pisos, es decir 145 metros de altura, destruyendo el humedal costero. Es el terreno más grande en manos de un privado en la Ciudad.
El tratamiento del proyecto había sido frenado por una medida cautelar presentada por organizaciones que se oponen a este negociado, que al ser levantada, avanzó sin problemas con los 37 votos a favor del Bloque del Pro, Coalición Cívica, Socialismo, Confianza Pública, Evolución y 20 negativos.
Las organizaciones populares, ambientales y políticas que se oponen al proyecto denuncian que desde el Gobierno no se ha presentado ningún estudio de impacto ambiental, ni estudios respecto a los riesgos por la cercanía a la central térmica Enel Generación Costanera. A su vez denuncian que la votación en la Legislatura se realizó violando la Constitución de la Ciudad, el Plan Urbano Ambiental y el Acuerdo de Escazú por no haber convocado a audiencia pública previa a este tratamiento legislativo.
En este cuadro la lucha de vecines y organizaciones se acrecienta: se presentó desde diversas organizaciones (Observatorio del derecho a la Ciudad, la Cátedra de Ingeniería Comunitaria (CLIC), el IPYPP, la Defensoría de Laburantes y la CTAA Capital, entre otros) un proyecto de Ley para «declarar de utilidad pública y sujeta a expropiación» la parcela costera de 70 hectáreas para transformarla en una Reserva Ecológica. Esto aportaría un importante pulmón verde a la Ciudad, preservar el humedal costero, y sostendría un espacio público y de acceso para todes les vecinas de la Ciudad. Es una pelea abierta porque Larreta deberá tener que pasar, aunque lo evite por todos los medios, por una audiencia pública y una segunda votación en la Legislatura.
De luchas y resistencias
Pese al blindaje mediático que posee el Jefe de gobierno porteño, se suceden múltiples luchas contra su política en la Ciudad de Buenos Aires. La docencia viene sosteniendo distintas medidas de visibilización y protesta desde la vuelta a clases por la prácticamente disolución de los protocolos planteada por el larretismo. Por su parte, les trabajadores del subte nucleades en AGTSYP siguen denunciando la presencia de asbesto en las formaciones y el reemplazo y saneamiento urgente por parte de la empresa Metrovías y el gobierno porteño.
En tanto, el miércoles 25 de agosto, ATE Capital realizó un paro y movilización denunciando que 1 de cada 3 trabajadores de CABA es contratado de forma precaria. Alrededor de 23 mil trabajadores viven en la incertidumbre sobre su puesto de trabajo y sin tener los mismos derechos que sus compañeres. Incluso nuevamente han vuelto las denuncias de estatales contratades que son obligades a hacer campaña para Larreta.
En este marco la situación de les trabajadores de la salud también pone a los sindicatos en estado de alerta y movilización. La Junta Interna del Garrahan viene dando una lucha importante por aumentos salariales, y fundamentalmente después de casi un año y medio de pandemia se sigue reclamando el reconocimiento de les enfermeres como profesionales de la salud.
La negativa del Gobierno de la Ciudad a reconocer la tarea esencial y profesional que cumplen les enfermeres a diario, y las implicancias que esta situación conlleva en términos salariales y de condiciones de trabajo, es insostenible en un contexto donde estxs trabajadores han estado en la primera fila contra la pandemia.
También se han visto en los últimos días convocatorias y movilizaciones en la Legislatura de trabajadores de la cultura, ante el desfinanciamiento y las importantes limitaciones de los programas que incentivan la producción cultural independiente. Esto pone de relieve que existe una Emergencia Cultural en la Ciudad para el sostenimiento de las redes culturales y populares.
Por otro lado los movimientos sociales siguen luchando por el reconocimiento a su tarea esencial desarrollada en el marco de la emergencia sanitaria, en donde los comedores populares fueron en muchos casos la única respuesta para miles de familias. A pesar de ello, el reconocimiento debido no llega y peor aún, se continúan recortando las raciones de los comedores. Recientemente volvió a ocurrir un hecho terrible con la muerte de una joven atropellada por el tren que pasaba por la 21-24 y que las familias venían históricamente reclamando tanto al gobierno porteño como al Ministerio de Transporte que se modificara el recorrido de la formación.
Es claro que para poner un freno a 14 años de la derecha en la Ciudad es necesario superar la fragmentación de las luchas y conformar una gran plataforma política capaz de expresar otro modelo de ciudad posible, con las grandes mayorías adentro. Por lo pronto, la perspectiva inmediata para las legislativas que se avecinan es la derrota de “Juntos” y quebrar su mayoría absoluta en la Legislatura, acompañando a todas las expresiones de lucha que integran las listas en la ciudad. Y, en el mediano plazo, poner energías en articular esa propuesta superadora de los sectores populares.
Desde AC apostamos a esa perspectiva como parte de Movemos que aglutina a las experiencias sindicales que se han enfrentado al larretismo, pero en general desde muchos sectores que luchan y se movilizan para que esta ciudad no sea de unos pocos. El desafío, en síntesis, sigue siendo cómo articular e integrar esas diversas luchas en una agenda que ponga en el centro las necesidades de la mayoría para derrotar a la derecha que gobierna la Ciudad.