Desde que se decretó la cuarentena, el sector audiovisual vive su momento de mayor crisis de la historia ante una parálisis casi total de los sectores de la industria. Con una estructura del INCAA golpeada, constantemente reformulada y con varias áreas desmanteladas durante la gestión macrista, el panorama no parece mejorar mucho en el marco actual. Desde abajo, se viene expresando el malestar de todos los sectores audiovisuales paralizados que no son contemplados en casi ninguno de los planes de emergencia que planteó el Gobierno Nacional. Mientras las autoridades actuales del Instituto hacen gala semana a semana de las mismas promesas de proyectos y estrategias para la industria, la concreción de las mismas no llega, y se abre un panorama incierto para un sector que engloba desde guionistas hasta les acomodadores de las butacas en la sala. Hablamos sobre esto con Camilo Moreira, miembro de la Junta Interna de ATE INCAA.
AC: ¿Qué medidas tomó el INCAA para sus trabajadores una vez iniciada la cuarentena? ¿Qué balance pueden hacer de lo visto hasta el momento? ¿A cuántos sectores y personal afecta y de qué manera?
CM: Cuando se declaró la cuarentena el INCAA licenció a todxs lxs trabajadorxs que están en grupo de riesgo mientras que al resto nos mandaron a hacer teletrabajo. En relación al teletrabajo es medio difícil medir el impacto porque hoy son muy pocxs realizando tareas desde sus casas, creo yo que por dos elementos. Por un lado, la situación de cuarentena que impide el desarrollo normal de determinadas actividades y por otro, la situación financiera que es crítica. Estamos en una situación en la que la nueva gestión del INCAA, ha tenido muy poco tiempo de desarrollo como para ver claramente cuáles son sus intenciones. Me parece a mí que a partir de estos elementos que mencionaba anteriormente podemos llegar la conjetura de que la actual gestión ha encontrado la excusa perfecta para no ejecutar guita. Esto sí se traduce al impacto del teletrabajo. A muy pocxs se lxs ha dotado de herramientas para trabajar y el desarrollo del INCAA está concentrado en cuestiones que tienen que ver concretamente con el fomento, como ser, análisis de costos, rendiciones y pagos pendientes, por mencionar algunos. Hay que mencionar la reorientación de las políticas y por otro lado por cuestiones que afectan directa o indirecta a cómo está hoy la estructura. Hay algunas gerencias que están acéfalas, sin gerentes, y por eso no hay directivas que pueden llegar a lxs trabajadores. De manera que eso está supeditado en teoría a que salga la nueva estructura que es algo en lo que venía trabajando la nueva gestión previo a la pandemia. Después lo que abre el teletrabajo también es la pregunta de si esto no está siendo utilizado por la patronal como ensayo para implementar esta modalidad más allá de la cuarentena que en muchos aspectos se traduce en mayor precariedad y flexibilización laboral, algo que sin duda tenemos que sentarnos seriamente a discutir y poner el ojo.
AC: Sabiendo que vienen golpeadxs en los últimos años tanto por las sucesivas intervenciones que tuvo el Instituto y la restructuración permanente que vivieron en los últimos 4 años: ¿Cómo se encuentra la situación laboral de los compañerxs?
CM: Desde la Junta Interna ATE INCAA venimos dando la pelea desde siempre por la regularización de la situación de los compañerxs que están precarizadxs bajo distintas modalidades contractuales. Hemos logrado algunas victorias parciales, en distintos momentos y durante el último período de la gestión macrista hemos logrado pasar a planta transitoria a una parte importante de lxs compañerxs que venían precarizadxs como monotributistas, por lo cual hoy están quedando muy pocos en esa modalidad de contrato. Sí queda un número importante en planta transitoria, en contrato con aportes, que en nuestro convenio es el art. 9 pero en la mayoría del organismo es lo que sería la Res. 48.
La lucha sigue estando en lograr una estructura que refleje realmente las necesidades del organismo, porque generalmente responde a intereses políticos de las gestiones de turno en connivencia con UPCN, que no hacen más que impedir el desarrollo de la carrera de lxs trabajadorxs. Esa es una de las peleas permanentes que tenemos y que hoy seguimos dando, además de la regularización de los trabajadores que están en situación de precarización.
AC: ¿En qué estado se encuentran los comités de evaluación de proyectos, están funcionando con regularidad? ¿Están recibiendo inscripciones de proyectos nuevos?
CM: Los comités de evaluación hoy se encuentran trabajando de manera remota, no se han abierto nuevas convocatorias y de hecho la orientación que le está dando el INCAA, desde sus voceros a la medios, es pensar líneas que están orientadas al desarrollo de proyectos (más en sintonía con lo que venía siendo, en años anteriores, el Concurso Federal Raymundo Gleyzer) que tiene que ver concretamente con las posibilidades que nos permite hoy la cuarentena, es decir aspectos del desarrollo de una producción cinematográfica se pueden hacer desde los hogares como ser la escritura del guion, el desarrollo del proyecto, etc. A la vez, están instando a los presentadores de proyectos a que repiensen los contenidos en la factibilidad del desarrollo de los mismos. Pensando que esta situación de cuarentana, quizá con distintos matices se va a extender en el tiempo y lo que vamos a tener por delante va a ser una nueva normalidad que seguramente muchos de los proyectos que ya venían pensados o presentados no van a poder realizarse por las restricciones que van a tener.
En relación a la situación financiera del INCAA, desde hace tiempo se viene hablando que la industria del cine en nuestro país viene atravesando una crisis, si bien coincido con eso, lo que conviene aclarar es de qué hablamos cuando hablamos de crisis y de qué hablamos cuándo hablamos de industria. Las crisis no afectan de igual manera a los distintos tipos de productoras. Por ejemplo, la crisis que estamos atravesando en relación a la cuarentena, no afecta de la misma forma a las pequeñas y medianas productoras que a las grandes productoras mainstream que suelen asociarse con Disney. Por lo tanto las políticas para afrontar esa crisis deben tener en cuenta esta diversidad de lo que por ahí podríamos denominar industria de cine en nuestro país. Si no hay políticas orientadas a la especificidad de cada tipo de producción se corre el riesgo de que determinadas tipos de producciones no sean alcanzadas por las políticas de salvataje y por lo tanto perdamos parte de esa diversidad y pluralidad de nuestro cine, que lo hace tan rico, más allá de las tensiones y las peleas permanentes que tengamos que dar por sostener esa pluralidad, incluso por hacerla cada vez mayor.
Para agregar a esto, el fondo de fomento cinematográfico está siendo afectado de manera muy importante por la cuarentena. El presupuesto del INCAA se nutre de tres aspectos, que son 3 impuestos que tiene gravada la actividad audiovisual de nuestro país: Una parte es 10.5% que tienen gravadas las entradas de cine de todas las salas del país, sean nacionales o extranjeras. Por otro lado, una guita que entra por el ENACOM, que es un impuesto que tiene gravados entre otros las cable operadoras y por último otro impuesto que es a los videogramas grabados, que en su momento se había hecho por la proliferación de DVD, VHS, casa de alquileres y de venta de películas en esos formatos. Hoy creo que la actualización tiene que ser poder grabar a las plataformas OTT y VOD, como NETFLIX (uso ese ejemplo porque es un ejemplo que está bastante claro de que están levantándola en pala, creciendo en cuarentena considerablemente en suscriptores). Y el INCAA necesita nutrirse de esas nuevas pantallas a través de las cuales puede verse cine y que ese dinero vuelva a la producción de cine que en nuestro país lo administra el INCAA. Yo no sé si esto es una solución a corto plazo, pero la que si debe hacerse urgente es una inyección de recursos económicos como parte de un plan de salvataje de la industria y que el INCAA pueda sostener su estructura. En caso de no hacerse y no conseguirse nuevos recursos como gravar estas plataformas, el INCAA estaría en una crisis financiera insalvable e insostenible sin capacidad para sostener incluso su propia estructura más allá del fondo de fomento a la producción cinematográfica.