Luego del intento fallido por parte de EE.UU de imponer un presidente de facto en Venezuela con Juan Guaidó, el pueblo bolivariano se acerca a nuevos comicios Las tensiones se agudizan de cara al #6D, la ofensiva imperialista se incrementa en todos los planos y crece la resistencia a un asedio económico, político, comunicacional y militar. Entrevistamos a Eduardo Viloria de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora sobre la situación y las tareas de las organizaciones que reivindican el legado de Chavez impulsando el poder popular bajo la consigna: “Defender la paz, la democracia y la soberanía”.

Abriendo Caminos: ¿Qué es y por qué la #AlertaMáxima?

Eduardo Villoria: Hace varios años Venezuela está sometida a una gran agresión por parte de Estados Unidos. Esta política está encuadrada en doctrina de “cambio de régimen” desplegada por EEUU en incontables ocasiones, para sustituir un gobierno legal y legítimo por un gobierno títere que responda a sus intereses. Esta estrategia de agresión permanente, aunque es sostenida, en ciertos momento escala y llega a niveles más elevados. Fue así a principios de 2019, la primera mitad del año, entre enero y abril. Hoy estamos ante una nueva escalada y tenemos las señales que lo demuestran. Por un lado, la gira de Mike Pompeo por América Latina donde visita países que, alineados, conforman un cerco fronterizo a Venezuela (Colombia, Surinam, Guayana y Brasil). En esta gira Venezuela fue tema de agenda, apelando al falso discurso de la lucha contra el terrorismo en el continente.

En segundo lugar, la continuidad de provocaciones y enfrentamientos militares con grupos irregulares encubiertos por Estados Unidos y Colombia en la frontera con este país. Por otro lado, la asfixia con los servicios energéticos. El bloqueo naval para hacer llegar combustible a Venezuela lleva a mayores niveles de desabastecimiento. Las empresas reciben cada vez más presión para que cesen sus actividades en el país. Esto nos deja prácticamente sin la posibilidad de producir gas licuado, que es lo que se usa en las viviendas para cocinar. Está por caerse también el intercambio de gasoil. Esto podría incidir aún más en la crisis eléctrica y de servicios. En el plano diplomático también hay un aumento de la presión. Hace pocas semanas se dio a conocer un informe falso e infame en la ONU impulsado por el grupo Lima. La intención de esto es boicotear los avances para que haya una observación internacional europea en las elecciones y para que puedan salir a decir que hay que intervenir nuestro país. Por otro lado, en el plano económico la escalada del dólar es brutal. En cuestión de una semana subió casi 100 mil bolívares, llegando a alrededor de los 450 mil bolívares un dólar. Por lo cual incide gravemente en el aumento de los precios y la hiperinflación. Además de la reaparición mediática de acciones fuertes y visibles respaldando públicamente a Guaidó por parte de altos voceros de Estados Unidos, como el vicepresidente Pence. Todo esto se está dando en simultáneo y el objetivo es tratar de evitar al máximo las elecciones del 6 de diciembre.

AC: ¿Cuál es la importancia de las elecciones en el plano geopolítico?

EV: La escalada actual en el plano geopolítico tiene distintas explicaciones. En primer lugar, tiene que ver con la urgente necesidad de Estados Unidos de defender su posición hegemónica en el mundo. Ante esta crisis tiene un lugar primordial América Latina, que es su radio histórico de incidencia. Esto responde a la doctrina Monroe (donde América es de los norteamericanos y no admiten la influencia de otros países) y la doctrina del Destino Manifiesto (donde se consideran que tienen derecho a controlar el territorio de todo el continente). Además de la crisis sistémica de Estados Unidos que la pandemia ha agudizado. Hoy en día Estados Unidos tiene una caída del PBI del 40%. Su estrategia de bajar el valor del petróleo del mercado mundial se vino abajo. Por esto, Venezuela es de suma importancia y principalmente por sus reservas de petróleo.

En segundo lugar, el factor interno de las elecciones de Estados Unidos. Es complejísimo el cuadro con la crisis sanitaria y económica, además de la sublevación por el conflicto racial. Entonces en este marco buscan obtener algún éxito en su política exterior que les permita levantar la imagen y el apoyo. Esto se da porque necesitan tener a su favor a los sectores más poderosos del lobby anti Venezuela y anti Castrista en Miami (que tienen mucho peso en el Partido Republicano), y en Florida que es determinante para ganar las elecciones.

En tercer lugar, en el plano diplomático y económico. En relación a lo primero, sabemos que Estados Unidos aglutina un bloque en el mundo contrario y agresivo contra Venezuela. Ese bloque tiene en común el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente de Venezuela y el desconocimiento de Nicolás Maduro. Guaidó tiene como único peso de legalidad y legitimidad el ser un diputado electo y presidente de la Asamblea Nacional. Entonces las elecciones lo van a dejar sin ese piso. Nosotros sabemos que Estados Unidos y su marco de alianzas no van a reconocer las elecciones. Pero es posible que dentro de ese bloque se generen reacciones y fisuras ante una situación como es la relección de un nuevo parlamento en Venezuela. Esto significa lo mismo ante los organismos internacionales, como la ONU, como organismos financieros internacionales como el Banco Mundial, los países no alineados a la OEA, etc. En otro nivel, es el caso de los países no tan frontalmente enemigos, y los países aliados a Venezuela como Rusia, Irán, China, Turquía y en otro nivel Argentina, Sudáfrica, México, Vietnam. Estos últimos van a poder fortalecer los posibles niveles de coordinación en términos políticos, en términos económicos y en términos de apoyo diplomático. Allí están de por medio convenios económicos, de inversión, que para concretarse necesitan el piso de seguridad jurídica que da el parlamento.

Además de combatir la imagen de que en Venezuela no hay gobernabilidad, no hay gobierno. Esta nueva lección sería un durísimo golpe a ese plan.

AC: ¿Qué implicancias tiene esto en el plano nacional?

EV: En primer lugar, implican una nueva oportunidad para que el pueblo venezolano se exprese democráticamente. Ante los niveles de agresión con condiciones extremas, que podamos ir a una elección y un proceso democrático es sumamente valioso. La tradición electoral del pueblo venezolano es muy sólida.

En segundo lugar, damos un nuevo paso hacia la reinstitucionalización. Hoy el parlamento es instrumento de la agresión extranjera. Es un arma en contra del Estado venezolano, en contra de la institucionalidad, del país y de la gente. Entonces eso tiene severas consecuencias para la vida social. Porque el Estado se desdibuja, la institucionalidad empieza a ser parte del show mediático y esto es muy negativo en la percepción de la gente sobre la política. Hay funciones del parlamento que no está ejecutando nadie. Está en suspenso el debate público, el tema de la función contralora, muchos procesos institucionales que no están ocurriendo, gracias a ese secuestro que han hecho del parlamento. El conflicto político llevado a la confrontación violenta hace que el pueblo venezolano esté exhausto. Se pone en juego su calidad de vida y la resolución no pasa por la política, sino por la vía violenta. De esta forma, que vengan elecciones y que se logre reactivar ese foro político que es la Asamblea Nacional es sin duda un respiro, una nueva puerta que se abre para seguir la lucha por el horizonte liberador de la revolución bolivariana.

Otro factor importantísimo es que se aíslan los sectores que vienen pugnando y haciendo fuerza por la salida autoritaria e injerencista de la agresión extranjera. Va a emerger un nuevo bloque opositor al gobierno de Nicolás Maduro, pero dentro de la institucionalidad. La estrategia de Guaidó viene fracasando. Está dejando de tener fuerza dentro del país y su única fortaleza viene de afuera. Entonces las elecciones del 6 de diciembre van a ser un golpe muy fuerte contra la estrategia de cambio de régimen.

AC: ¿Qué escenarios se analizan de cara al resultado electoral?

EV: Todos los esfuerzos electorales están en lograr movilizar la participación. Se tienen que lograr grandes niveles que superen el 40%, que esté entre 40 y 45%. Por eso va a ser muy importante la presentación electoral de algunos liderazgos, como el caso de Capriles, para promover la participación de su gente.
Es necesario tener en cuenta que hay grandes niveles de desmovilización, de desafiliación política, de desgaste, de desesperanza y de desconfianza en la política. Obviamente como consecuencia de todo el cuadro mencionado anteriormente, fundamentalmente el de la desinstitucionalización. Esto generó un descreimiento masivo de que la política pueda ser un instrumento que puede ser útil para la construcción de prosperidad y democracia. Enormes capas de la población adjudican estas causas a la ineficiencia del gobierno, la corrupción, la ineficacia, a la falta de compromiso político y de lealtad al legado del comandante Chávez. La campaña de la oposición está dirigida a ese núcleo central atacando la moral de la base y la desafiliación chavista, que va a ser determinante en la elección.

Nosotros como organización estamos contribuyendo a la unidad de las fuerzas políticas y sociales del chavismo para garantizar la victoria. Es decir, no sólo que se garanticen las elecciones y la reinstitucionalización, sino que el resultado sea una asamblea y un parlamento favorable para la revolución bolivariana. Sin embargo, esto es complejo ya que el escenario no es tan sencillo. Se han creado alianzas que decidieron hacer un camino por su cuenta con candidatos propios, sin contribuir a esa unidad. Ahí hay cierto porcentaje de la votación que se va a dividir. Que puede que no tribute a fin de cuentas al imperialismo, pero tampoco a la mayoría chavista que se necesita.

Por esto, hay que lograr volver a entusiasmar a grandes capas de la población cercanas al chavismo para aglutinar una mayoría que permita ganar ese parlamento para la revolución bolivariana. El PSUV es una fuerza organizativa muy potente con penetración en todo el territorio nacional que tenemos que lograr movilizar. Y luego, en segundo lugar, a los desafiliados que hay que atraerlos nuevamente al compromiso para que voten a favor. En esto hay dos aspectos fundamentales: la estructura organizativa tan importante de PSUV y la alianza que lo acompaña; y los muy amplios niveles de conciencia que ha adquirido el pueblo venezolano con todo el proceso de revolución.

En términos de escenarios el mejor es de alta participación en las elecciones de ambos bandos. Más favorable aún en ese escenario, es que sea completado con una mayoría chavista dentro del parlamento. Otra posibilidad es que esa mayoría chavista sea fortalecida por otro factor interno de la izquierda chavista que han ido por cuenta propia. También está el escenario de que ese bloque sea mayoritariamente chavista con una diversidad de fuerzas políticas opositoras (de derecha, centro izquierda, de socialdemócratas) que le den esa estructura de pluralidad y diversidad al parlamento. Otro escenario menos favorable, sería uno con alto nivel de participación política, pero mayoría opositora. El peor escenario que puede ocurrir es el de baja participación o alto nivel de abstención. Por más que obtengamos una mayoría dentro del parlamento, va a ser más cuesta arriba todas las otras batallas que están planteadas. Igualmente aún todo es un escenario muy incierto y apenas está arrancando la batalla electoral.

AC: ¿Cuáles son las tareas que se plantean en este contexto?

EV: Las tareas son varias. Hay una primera tarea fundamental que es la de mantener los niveles de alerta de cara a todas las amenazas, están mostrando los dientes y van a seguir en aumento. Ahí es fundamental mantener los niveles de organización para que esa fuerza se mantenga unida, fortalecida y activa de cara a esas posibles amenazas.

Por otro lado, es el proceso de organización de la estructura partidaria de cara a las elecciones. Un trabajo de hormiga día a día que tiene que desplegarse en todos los territorios del país con los candidatos y las candidatas. Es necesario el encuentro entre los candidatos y candidatas con la gente, para llevarles las propuestas, convenciendo y estando allí en “lo chiquito”. Además, con los desafiliados y los descontentos hay que batallar a fondo a favor del bienestar. Tenemos que estar allí al pie del cañón, rodilla en tierra como decimos nosotros, garantizando la calidad de los servicios, la distribución del gas, del combustible, entre otros ejemplos. Hay que lograr que en medio de la adversidad se pueda garantizar esto al máximo eficazmente y con calidad. Con esto no solo se asegura el bienestar en sí mismo, sino que evita el descontento y desarticula el objetivo del estallido.

Lo otro es que todas las fuerzas políticas se mantengan en unidad. Luego de la elección podemos dar el resto de las batallas en medio de la diversidad de ideas. La construcción y el fortalecimiento de la unidad va a ser fundamental junto con la cohesión, el reagrupamiento, el fortalecimiento organizativo, el despliegue, la conciencia de la gente, la construcción y fortalecimiento del entusiasmo, la lucha contra la apatía, contra la desmovilización, contra el descontento que puede derivar en violencia.

Hay un elemento fundamental que va a ser la batalla comunicacional. Porque además en el contexto de la pandemia esta va a ser una campaña muy atípica. Centrada en los medios y las redes sociales. No en grandes marchas que son una de las fortalezas que siempre tuvo el chavismo. Esa es una de las tareas centrales que tenemos tanto en el primer nivel que es el de la alerta máxima ante las amenazas, como en el segundo nivel que es el de la convocatoria, la movilización del voto y la participación de cara a las elecciones. En conclusión, llegar a las elecciones, que es una cuesta cada vez en ascenso, pero que ya estamos llegando a su final; y luego la batalla por las elecciones en sí misma.

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