Desde el comienzo la pandemia, hace un año, el sector cultural es de los más golpeados por la crisis. El cierre de teatros, de salas de ensayo, la suspensión de recitales y espectáculos ha traído evidentes consecuencias económicas que han dejado en una situación crítica a lxs trabajadores de la cultura y sus proyectos. En este contexto, los espacios culturales alternativos, que en Quilmes vienen de sufrir las políticas de ajuste y persecución del macrismo, con la llegada del virus profundizaron su crisis. Los programas de asistencia a los distintos espacios y trabajadorxs lanzados desde el gobierno municipal y provincial no han llegado, o lo hacen de forma tardía y con considerable insuficiencia. Los espacios culturales y trabajadores de la cultura venimos organizándonos y elaborando una serie de propuestas para hacer frente a esta compleja situación.

En Quilmes, el histórico vacío legal en que se encuentran los espacios culturales alternativos, por inexistencia de una ordenanza que los reconozca, ha permitido al macrista Martiniano Molina ejecutar una política de persecución combinada con las políticas económicas de ajuste. Es decir, no solo se han clausurado y criminalizado espacios con más de 10 años de trayectoria, como ser el Centro Cultural Gleyzer entre otros; sino que la política nacional del macrismo de conceder exuberantes aumentos a los servicios, como la electricidad, combinadas con la baja del consumo cultural producida por la crisis económica general, han afectado de forma considerable a éstos espacios que en general funcionan de forma autogestiva. En ese marco, y como le ha sucedido a todos los sectores populares, la pandemia vino a agravar esta situación y la necesaria cuarentena ha modificado el funcionamiento de los espacios.

Adaptados a la actividad virtual, la imposibilidad de realizar actividades como espectáculos y talleres dejó a los espacios sin un ingreso monetario muy importante para funcionar. No obstante los espacios no cerraron sino que mostraron su cara más solidaria, poniéndose al servicio de las actividades esenciales de ayuda y asistencia a aquellxs que la crisis más golpea. Los espacios culturales de Quilmes, nucleados en el Colectivo de Espacios Culturales (CEC) sostuvieron campañas de solidaridad, armado de barbijos y realización de ollas populares durante los momentos más difíciles del año pasado.

La llegada del gobierno de Mayra Mendoza ha generado expectativas en muchos espacios culturales. El haber enfrentado al macrismo en unidad con espacios que son afines al actual gobierno genera, a priori, otro piso para discutir las necesidades de la cultura popular. Y en un contexto de pandemia, con todas las complejidades descritas, se hizo evidente que desde el Estado se debía asistir a los espacios y trabajadores de la cultura. En ese sentido se han puesto a disposición fondos de ayuda durante la pandemia. Pero hasta el día de hoy mucha de ésta ayuda no ha llegado y son muchos los espacios que aún no recibieron el dinero de iniciativas como el Catálogo Turístico y Cultural de la provincia de Buenos Aires. Dinero que más pasa el tiempo en llegar a los espacios y más se devalúa. Los centros culturales y espacios teatrales que esperaban esa ayuda como una forma de alivio a la dura situación que el 2020 dejó a su paso, se encuentran en alerta debido a este incumplimiento. Las molestias en Quilmes con la gestión municipal en lo que cultura refiere, viene de hace meses. La asistencia necesaria que mencionamos, y que a nivel nacional se fue gestando, no fue bien replicada en lo local. Por otro lado, no hay un canal de comunicación fluido, más allá de contactos aislados, por parte de la Secretaría de Cultura, con Mario Lozano al frente, lo cual dificulta el acceso a la información sobre los plazos concretos para percibir el fondo.

Por otro lado, si bien desde lo discursivo, al igual que ocurre con otros ejes, se menciona a la cultura popular como una prioridad para este gobierno, el presupuesto aprobado con el que contará la Secretaría de Educación, Cultura y Deportes, para el año 2021 es del 8% del presupuesto municipal, muy por detrás de otras áreas como Servicios Públicos, el 27%, por ejemplo. Tomando en cuenta la demora y, por ende, insuficiencia de la ayuda económica propuesta para solventar los gastos fijos que tienen los espacios entre impuestos y alquiler, en muchos casos, y éste dato sobre el dinero con el que contará Cultura cuesta ver con claridad cómo se efectuará la tan mencionada (y necesaria!) recuperación de los espacios alternativos.

Las deudas pendientes

Es una deuda pendiente la existencia de una mesa que siente a los espacios culturales, trabajadores de la cultura y gestores que forman parte de nuestra comunidad con las autoridades locales para discutir, de modo conjunto, la política sectorial a desarrollar. Son estos sujetos quienes mejor conocen las necesidades propias, y nuestro municipio cuenta con una vasta experiencia de articulación entre los espacios culturales. Muestra de esto es el pliego presentado por un conjunto de espacios culturales nucleados en el CEC, a la municipalidad el noviembre pasado. Este documento condensa una serie de reivindicaciones y propuestas del sector, y que hasta el momento no ha tenido respuesta alguna .

Retomando algunos de los planteos allí presentados, hoy consideramos fundamental poner en agenda dos cuestiones: por un lado, lo urgente, la asistencia efectiva por parte del Estado municipal para que los espacios recuperen lo perdido al menos durante la pandemia. Y por otro lado, lo importante, re abrir la discusión sobre el necesario reconocimiento legal, mediante la ordenanza, que los espacios culturales alternativos necesitan de forma estructural. Cuestión que debe ir de la mano de recursos y políticas de fomento.

Es importante que durante el 2021 los espacios culturales organizados en las distintas coordinadoras, nos sentemos a discutir una ordenanza que incluya todas las necesidades para seguir desarrollando una propuesta cultural popular y de calidad, como lo venimos haciendo desde hace más de 10 años en muchos casos. Estos espacios, con criterios autogestivos e inclusivos, son una pieza clave para que la cultura llegue a todxs y no solo a quienes pueden pagar por ella; para que lxs artistas puedan mostrar su arte sin restricciones monetarias; desarrollando así un aporte valiosísimo al distrito.

Desde Abriendo Caminos, como parte del Centro Cultural Gleyzer, creemos que es momento de que pongamos en primera plana las dificultades que atravesamos, que conquistemos derechos y asentemos avances para la cultura popular en Quilmes. Hacemos un llamado al Secretario de Cultura Mario Lozano para que reciba al conjunto de espacios culturales de la localidad, para que se pueda comenzar a abordar parte de esta agenda, y se trate con carácter de urgencia la ayuda económica demorada, así como nuevos fondos para poder seguir subsistiendo.

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