La presentación de precandidaturas para las PASO arrojaron un panorama del estado del mapa político tanto en el oficialismo como en la oposición. Qué se juega en las legislativas (y después de las elecciones).

En términos de las listas del Frente de Todos, el elemento predominante es la decisión de CFK y el kirchnerismo representado en La Cámpora de sostener el equilibrio en su acuerdo con Alberto Fernández y Sergio Massa. En ese sentido, especialmente en CABA y PBA, las listas del oficialismo están encabezadas por candidates que, con algunas excepciones, no cuentan con un perfil de confrontación con el macrismo ni expresan una perspectiva de radicalización. Más bien expresan una tendencia “acuerdista”.

En el resto de las provincias, dentro del peronismo sigue primando la hegemonía de los gobernadores con algunas listas que a nivel nacional son parte del Frente de Todos pero que decidieron presentarse de manrea independiente a nivel local y que, de todas maneras, sufren fuertes presiones y cierto aislamiento. 

Los sectores del Frente de Todos que expresan perspectivas de mayor radicalización y encarnan un perfil ligado a la construcción de la organización popular o en el movimiento obrero quedaron mayormente relegadxs a lugares no expectables salvo algunas excepciones.

En el caso de Cambiemos (ahora con un nuevo sello), Larreta evitó una interna de magnitud en la ciudad pero no pasó lo mismo en Provincia de Buenos Aires. La interna opositora expresa que el liderazgo de Larreta todavía no está consolidado y que aún hay un reordenamiento por parte de la derecha luego del descalabro de la gestión de Macri. También se presentan por fuera Milei y Espert que, como Randazzo, buscan ocupar un lugar por derecha.

Las internas y la fragmentación también prevaleció en la izquierda, que tendrá varias listas en el marco de una campaña que equipara e iguala al Gobierno con Cambiemos y cae reiteradamente en la disputa faccional, con una mirada puesta en la autoconstrucción y no en la lucha política más general que tiene una profunda conexión con el plano regional.

A todo este cuadro hay que incorporar la decisión del oficialismo, anunciada por la propia vicepresidenta, que los DEG del FMI serán utilizados para el pago de la deuda al igual que el pago esta semana de un vencimiento con el Club de París. La medida busca llevar “calma a los mercados” y evitar una corrida cambiaria antes de las elecciones. Sin embargo, las concesiones a las plazas financieras nunca son suficientes en la lógica de los buitres y asumir el pago completo de la hipoteca nacional que significa la deuda con el Fondo es una mochila demasiado pesada en un país todavía sufriendo la pandemia, con una pobreza superior al 40% y una inflación mensual que no cede y va por delante de las paritarias. Indudablemente, la campaña masiva de vacunación abrió un horizonte positivo para la población, pero que aún requiere de medidas activas para atender las grandes demandas populares y este tipo de medidas son vistas en sentido contrario.

Una campaña por los reclamos populares

En este contexto, el Frente de Todos se mantiene ante sectores mayoritarios de la población como el vehículo para enfrentar a la derecha, no sólo en un plano local, sino también regional (más aún a la luz de las denuncias por la colaboración del macrismo en la represión del gobierno de facto durante el golpe de estado en Bolivia). Desde Abriendo Caminos vemos, en ese sentido, que la principal prioridad en estas elecciones es la derrota de la derecha para evitar cualquier retorno al poder en 2023. Ni siquiera hay que remontarse al pasado: a lo largo de la pandemia, la oposición derechista mantuvo una defensa constante de la apertura de actividades a costa de la salud y vida de les trabajadores. 

A su vez, entendemos que hay distintes candidates que pueden plantear y llevar adelante en la campaña una agenda de reclamos de los sectores populares, que plantee un rumbo incluso más allá de las elecciones y sean un aporte a fortalecer la organización popular más en general. Es fundamental dar pasos para articular y unir a todos esos sectores. 

Como parte de Movemos en la Ciudad de Buenos Aires, apostaremos en esta campaña a fortalecer con la fuerza y el protagonismo de les trabajadores una perspectiva de profundización y por las principales reivindicaciones populares como frenar la escalada de precios, en defensa del salario y los puestos de trabajo, por la vivienda y contra la represión. También es necesario retomar las discusiones sobre cuestiones estructurales como se expresaron en Vicentin o por las Vías Navegables que revelan la disputa de modelos para el desarrollo de nuestro país.

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