El Gobierno pagará hoy un vencimiento de alrededor de 300 millones de dólares al organismo como “un gesto de buena voluntad” para alcanzar un acuerdo de reestructuración de la deuda. Sin embargo, el reconocimiento de la entrega del país orquestada por Cambiemos compromete el presente y futuro de nuestro pueblo en medio de una grave crisis sanitaria y social. Debemos profundizar un camino de soberanía con unidad popular.
En el marco de la renegociación de la deuda contraída por Macri por 45 mil millones de dólares con el FMI, el Gobierno pagará un vencimiento de entre 305 y 320 millones de dólares. Con esta señal, el ministro Martín Guzmán espera avanzar en cerrar un acuerdo antes de mayo con Kristalina Georgieva (cuando comienzan los vencimientos más altos).
Un primer aspecto importante a señalar y recordar es que se trata de una deuda cuestionada en su legalidad y legitimidad, ya que el Fondo violó sus propios estatutos para inyectarle fondos al macrismo y evitar que sufriera una derrota electoral, que finalmente sufrió de todas maneras, al tiempo que se financiaba una fuga de capitales récord. Esto ha sido denunciado incluso por amplios sectores del Frente de Todos. Hasta el momento, al igual que ocurrió con la deuda con los fondos como BlackRock y Templeton, esto no fue investigado y por tanto, se convalidan acuerdos que fueron en perjuicio de los intereses nacionales. Vale señalar, además, que estos mismos fondos son los que hoy siguen especulando contra las deudas provinciales o con YPF.
Por otra parte, la cifra que se pagará hoy, en comparación con el monto global de la deuda, podría parecer menor. Sin embargo, si se observa la presión que existe sobre la divisa durante todo el último periodo y la tensionada situación de las reservas del BCRA, es claro que esta suma no es para nada irrelevante, menos aún en un contexto sanitario y económico sumamente complejo y donde esos recursos podrían ser destinos a cuestiones mucho más urgentes.
Por otro lado, lo que se conoce hasta el momento de las negociaciones con el FMI no despejan el problema hacia adelante, salvo en un plazo muy inmediato. El acuerdo de “Facilidades Extendidas” duraría una década, con un periodo de gracia de 4 años y medio, pero luego con un lustro de pagos anuales entre 8 mil y 10 mil millones de dólares. Por supuesto, estas cifras son inviables de pagar, por lo que debería acudir nuevamente al endeudamiento para poder afrontarlo. Es decir, otra bicicleta.
En el mientras tanto, la condición para que el “board” del Fondo apruebe este acuerdo es que el organismo supervise periódicamente las cuentas públicas del país y haya un sendero de reducción del déficit, o sea, de recorte del gasto ya sea con un aumento de tarifas (que reduzca subsidios), poda en las jubilaciones u otro tipo de recetas que descargan la crisis sobre las espaldas del pueblo.
Con una pandemia que está lejos de terminar, una pobreza arriba del 40% y salarios y jubilaciones por detrás de la inflación, el plan económico del país no puede estar ordenado por el pago a los usureros que nos estafaron junto a Macri.
El camino es suspender todo pago e investigar todas las deudas poniendo como prioridad los intereses nacionales y del pueblo trabajador. Debemos construir un camino de soberanía y defensa de las mayorías con unidad para que la crisis la paguen los sectores más concentrados. En ese camino, desde Abriendo Caminos impulsamos que el impuesto a las grandes fortunas sea implementado de manera permanente para contar con los recursos necesarios para hacer frente a las necesidades del país.