Hoy es el día en el que debiera celebrarse la Marcha del Orgullo en Argentina. Y si bien la pandemia no permite que este evento sea el hecho político significativo que es cada año, es indispensable seguir insistiendo en todas las medidas que signifiquen más derechos, menos violencia y más libertad para poder ser y vivir como nuestro deseo lo dicte.
En un año donde la crisis económica y sanitaria impacta a todas las poblaciones del mundo, en nuestro país también afecta particularmente a la población LGBTIQ+. El aislamiento social y obligatorio que nos impuso la pandemia no significó lo mismo para todes. En la primer temporada del podcast feminista Arde buscamos reflexionar sobre las diferentes formas en qué nos atraviesa el #Quedateencasa, más aún cuando nuestras casas son espacios de reproducción de violencias.
En este escenario la población trans, cuyas identidades cargan con un estigma que vulnera de hecho sus derechos humanos más fundamentales. La vivienda es uno de ellos. En un año donde la crisis sanitaria, que nos exigió permanecer en nuestros hogares, desnudó un déficit habitacional que ubicó su consecuencia, la toma de tierras, como el problemas principal en una discusión que no entiende de derechos prioritarios ni de cuestiones humanitarias. En este contexto, las personas trans siguen siendo expulsades de sus hogares de origen y tienen que sostener sus vidas con un alto grado de precariedad que implica vivir en hoteles o pensiones, hacinades, a la vez que el sistema laboral sigue negándoles su merecido lugar.
En relación a este tema, nos parece importante el decreto de inclusión laboral en el ámbito del Estado Nacional y en distintos municipios, pero creemos que esta medida es insuficiente y que, para comenzar a revertir este aspecto estructural de la exclusión que sufrimos las personas LGBTIQ+, necesitamos que se apruebe la ley de inclusión laboral travesti trans en el Congreso Nacional.
Por último, es necesario señalar que la violencia sigue siendo parte de nuestras vivencias de género en este mundo patriarcal. Este año pudimos gritar tan fuerte “Absolución para Luz” que lo conseguimos y hoy, Luz Aimée Díaz está libre, absuelta y será beneficiaria de un puesto de trabajo en el Congreso de la Nación, a modo de reparación histórica. Este caso, que es la excepción ante la regla de un poder judicial patriarcal, odiante y en muchos casos cómplice y reproductor de una violencia y un odio que forman parte de nuestra sociedad pero que debemos combatirlo sumando voluntades que sigan luchando por la libertad de ser, por los derechos que faltan y por nuestro terco orgullo disidente.
¡Ley de inclusión laboral travesti trans ya!
¡Aborto Legal, Seguro y Gratuito ya!
¡Basta de odio!
¡Basta de justicia patriarcal!