La Asociación Bancaria comenzó febrero con un acuerdo paritario celebrado con las cámaras ABAPPRA, ABA, ABE y ADEBA del 29% dividido en tres tramos (11,5% a partir del 1/1, 11,5% a partir del 1/4 y 6% a partir del 1/8). El alcance de la paritaria y los desafíos por delante.

En primer lugar es preciso señalar la importancia del acuerdo en el marco de la pandemia con todo lo que la misma trajo aparejada, no sólo por el porcentaje en sí mismo sino también por la posibilidad de revisión tanto en el mes de septiembre como en noviembre.

Otro elemento positivo es el sostenimiento del bono del día del bancario así como uno de los puntos que desde el principio se había puesto sobre la mesa que era el 2,1% de actualización salarial para empatar con la inflación del año pasado. Finalmente, el acuerdo señala la firma de un protocolo de género para toda la actividad, un avance muy importante que en espacios como el Banco Provincia ya venía funcionando hace un año.

Sin embargo, es preciso señalar que el sector financiero, si fue uno de los pocos que ha crecido trascendiendo de la pandemia, lo hizo por la capacidad de sus trabajadores cumpliendo con sus tareas desde sus hogares pero también en cada sucursal garantizando las tareas esenciales desde el primer momento de la pandemia y tareas propias de atención comercial desde que se habilitó esa posibilidad. En ese sentido, creemos que el ejemplo de Aceiteros debe ser un norte, atendiendo a discutir la riqueza que genera el sector y correspondiéndose con las necesidades básicas que debe contemplar el salario inicial de todo/a bancario/a.

Es indudable que La Bancaria posee el poder de fuego necesario como para hacer cumplir sus condiciones, especialmente en un contexto en el que la reactivación de la economía demandará que los salarios orbiten por arriba de la inflación que –todo indica- no se limitará al 29%. Hablamos de un contexto también de avance de patronales como las del Santander que pretenden cerrar sucursales sin importarles dejar familias en la calle en plena pandemia. Entonces, se plantea como no menor la necesidad de discutir con las bases del sindicato los pasos a seguir en cada negociación con estos sectores, de los más acaudalados del país y con mucho peso en la economía en general.

Por otra parte, otras discusiones siguen pendientes, como cuánto se lleva el impuesto al salario de cada recibo del trabajador bancario/a así como la pelea contra la “uberización” del sistema financiero con el auge de las nuevas plataformas y la necesidad urgente de ir por lxs miles de trabajadores que, encuadrades en otro convenio, realizan tareas propias del sector.

Creemos que La Bancaria debe, señalando lo positivo de este acuerdo, ir por más tanto al momento de negociar los porcentajes de paritaria y asegurar que el salario le gane a la inflación efectivamente, como para cortar con la tercerización y la flexibilización que viola el convenio colectivo de trabajo. Al mismo tiempo, la discusión sobre cómo democratizar determinadas discusiones sigue sobre la mesa.

Escribe un comentario

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.