La Bancaria anunció la actualización de su acuerdo paritario a 43%, luego de una serie de reclamos planteados frente a las cámaras patronales. Elementos positivos y discusiones pendientes para uno de los sindicatos con mayor peso en el escenario nacional.
En el eje sanitario se reclamó sobre la relajación del protocolo COVID, advirtiendo en el sistema financiero más de 12.500 contagios, solicitando la efectiva aplicación del mismo y dotación de vacunas. Otros temas abordados fueron el cierre de más de 200 sucursales en todo el país y atropellos laborales aprovechando la virtualidad. Se reiteró también la preocupación por el no encuadre de las fintech en el convenio bancario y la tercerización en los bancos. Finalmente, se señaló la urgencia de actualizar el acuerdo paritario de enero,
entendiendo que el 29% iba a ser superado por la inflación.
Entendemos que estas discusiones llegan con demoras para un sindicato con el poder de fuego de La Bancaria: la violación del protocolo por parte de la patronal fue alevosa costando contagios y muertes. Es preocupante, por otra parte, la pasividad frente al cierre de sucursales, los despidos y la intensificación del trabajo con la virtualidad. Es preciso señalar que la solicitud de encuadrar a las fintech en el convenio bancario, así como el repudio a las tercerizaciones, se vienen planteando repetidamente en el marco institucional en los últimos años abandonando medidas de envergadura que acompañen los planteos, acotando el reclamo a lo escrito.
Es saludable que La Bancaria sostenga todos estos puntos, pero es necesario destacar que muchos de ellos son arrastre de conflictos que siempre terminan diluidos en la discusión salarial y acotados a espacios formales. Así se llega a un acuerdo por el 43% no acumulativo a pagar en cuotas con revisión en diciembre, se mantiene el bono del día del bancario, se compensa con un bono a quienes garantizaron la presencialidad desde el primer momento de la pandemia así como se contemplan límites al teletrabajo, medidas que traen aire a las y los trabajadores del sector.
En contraposición, queda en deuda la llamativa ausencia de provisión de vacunas para el personal de atención comercial así como la necesidad de enmarcar en el convenio bancario a las fintech como Mercadopago, terminar con las tercerizaciones dentro de los bancos y frenar la grave avanzada patronal con cierre de sucursales y despidos.
Para la Asociación Bancaria estas serán las peleas en el marco de la post-pandemia, pero es preciso que se masifiquen y democraticen los debates abandonando el hermetismo de unos pocos dirigentes para que las y los trabajadores participen en lo que seguramente será una fuerte disputa en cuestiones claves como el respeto al convenio colectivo (ninguneado en muchos bancos) y que las cámaras banqueras que la vienen juntando en pala desde antes de la pandemia repartan los beneficios con las y los trabajadores que garantizan y garantizaron el funcionamiento del sistema financiero aún en los peores momentos.