El ministerio de Trabajo dictó hoy jueves una conciliación obligatoria entre La Bancaria y los bancos Santander y francés (BBVA), con respecto a las jornadas de protesta que se estaban realizando en el día de la fecha, y que estaba previsto continúen mañana en las sedes de ambos bancos en distintas Provincias.
La medida llevada adelante por los y las trabajadores, consistió en la realización de asambleas en distintas sucursales en las últimas dos horas de atención al público, denunciando el cierre de sucursales y el intento de avanzada sobre el convenio colectivo de trabajo. La audiencia entre las partes fue fijada con fecha 14 de enero. En tanto, La Bancaria tendrá que levantar la medida de fuerza que iba a replicarse este viernes, y los bancos no podrán tomar represalias contra los que se acogieron a la medida de fuerza.
Después de un año completamente atípico el sector bancario vuelve a estar en el ojo del conflicto. Aprovechando el contexto como excusa, las cámaras patronales tratan de consolidar un avance que se fue dando sobre el convenio colectivo de trabajo sobretodo en la banca privada. Así es como el 2021 se abre con medidas de fuerza impulsadas desde el Sindicato tanto en el Santander como en el BBVA con asambleas en sucursales en las últimas 2 horas de atención comercial, advirtiendo sobre la delicada situación en cuanto reducción de personal y cierre de sucursales a nivel nacional.
Si bien la Bancaria menciona sólo dos entidades, es cierto también que otras como el HSBC coronaron el año saliente con cierre de sucursales así como una de sus centrales ubicada en el barrio de Barracas, con la excusa de que gran parte de su planta adhiere al trabajo domiciliario. No es para nada menor la situación que se desarrolla en el Banco Piano, cuya comisión gremial viene peleando desde hace más de un año no sólo por el respeto de los derechos elementales del convenio, sino también contra una patronal impune que desde principios de diciembre del año pasado se dedicó a violar el protocolo sanitario, negando el aislamiento de sus trabajadores y obligándolos a trabajar, como sucedió en el caso de las sucursales de Floresta, San Justo y Bernal, situaciones agravadas por el peligro tanto para trabajadores como para clientes y la presencia de la policía para apretar a quienes desde la comisión gremial se acercaron a las puertas de las sucursales –ya que se les niega también su reconocimiento de circulación- para impedir que se realice la actividad con una normalidad que rompe con todo protocolo. Es sabido que estas prácticas patronales, de evitar la circulación de los y las delegados elegidos por sus compañeros, que se vienen replicando en el Piano pero también en las asambleas del Santander resultan inadmisibles y el Sindicato debe tomar nota.
Por su parte, el sector público tampoco está exento del conflicto, si bien se respetaron las condiciones para la seguridad y la salud con mayor rigidez desde que comenzó la pandemia, esta semana la Gremial del Banco Provincia advirtió al Sindicato sobre la necesidad de apoyar la lucha de los/as trabajadores de Provincia Net, quienes declararon el cese de actividades desde el 28 de diciembre, cuando se les negó el pago de un bono de fin de año. Cabe destacar que estamos hablando de más de mil trabajadores de call center que desde el día uno de la pandemia trabajan desde su hogar para palear la carga en las sucursales y que al día de hoy, siguen sin ser reconocidos/as en el convenio bancario, dejando en claro el nivel de precarización y tercerización que las cámaras banqueras vienen profundizando, frente a lo cual es urgente poner un freno.
Es indudable que se encara un año complicado para los/las trabajadores que día a día vienen poniendo el cuerpo a la pandemia, manteniendo a pie la economía. En este sentido, entendemos que la Asociación Bancaria tiene como desafío superar la discusión paritaria como estrictamente salarial y avanzar en la defensa del convenio colectivo que viene siendo vapuleado por la patronal, con mayores niveles de confrontación y sin ceder un solo paso, retomando el ejemplo de la gran victoria de Aceiteros, punta de lanza del movimiento trabajador que no se queda sólo en lo testimonial sino que, sin sectarismo y con claridad, supo plantarse por lo que corresponde y merece.