Tras seis días de intensas protestas de carácter nacional contra el golpe constitucional, la movilización popular ha logrado su primera victoria: la renuncia del golpista Manuel Merino.
En el día de ayer, se llevó a cabo una jornada destituyente que puso en el centro de los reclamos la impugnación de Merino y el conjunto del sistema de partidos políticos corruptos que se encuentran en una crisis de régimen que data desde la renuncia de Kuczynski en 2018, cuando Vizcarra asumiera la presidencia.


El gobierno ilegitimo respondió con una fuerte represión que se cobró la vida de dos estudiantes limeños Inti Sotelo y Jack Bryan Pintado Sánchez, y en este momento se encuentran desaparecidos y desaparecidas decenas de personas en el marco de las protestas.


La reciente renuncia de Merino no ha frenado la bronca popular ante la represión y en este momento se sucedes cacerolazos y concentraciones en diferentes plazas de la sierra, selva y costa peruana. Mientras el Congreso sesiona de urgencia para evaluar qué legislador asumirá la titularidad del Parlamento y, de igual modo, de la Presidencia de la República, las calles se llenan al gritó de #VacarlosATodos, pero también de #NuevaConstituciónONada, en clara referencia a la necesidad de encontrar una salida política a partir de un proceso constituyente que se proponga refundar el Perú desde la más amplia democracia del pueblo, y no un recambio “por arriba” entre los partidos políticos corruptos del sistema.


La chispa que encendió Chile en octubre de 2019 comienza a extenderse por Nuestramérica, y en esta oportunidad Perú, tiene en sus manos la posibilidad de comenzar a desarmar un Estado neoliberal que data desde la constitución Fujimorista de 1993.

De este modo queda planteada la tarea de mantener la más amplia movilización para que la crisis institucional en curso se encauce hacia un proceso constituyente en pos de las mayorías populares.

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