El aumento de casos en todo el país golpea fuertemente a la Provincia de Buenos Aires, el distrito con mayor población, pero también con muchas necesidades que la continuidad de la pandemia no hacen más que agudizar. La delicada situación sanitaria que explotó en las últimas semanas se combina con el crítico estado social y económico en que se encuentra, sobre todo, el Conurbano. Ante esto, el gobierno de Kicillof nuevamente se encuentra ante diferentes tensiones: en más de una oportunidad el gobernador se ha expresado a favor de implementar mayores medidas restrictivas, en oposición a la línea expresada por Larreta en CABA. Pero hasta el momento, con un sistema de salud al borde del colapso, no se han tomado decisiones más fuertes para frenar los contagios. Si bien la campaña de vacunación bonaerense se destaca por sobre la de otros distritos, es fundamental que desde la Provincia se implementen medidas fuertes: como la suspensión de las clases presenciales y mayores planes de ayuda económica para sortear la segunda ola.

La Provincia de Buenos Aires se ubica entre los distritos con más cantidad de casos en las últimas 2 semanas. Recientemente alcanzando casi 15 mil casos en un solo día, un récord desde comenzada la pandemia. En ese cuadro, los distritos del conurbano más afectados son La Matanza y Quilmes y por fuera del área metropolitana, General Pueyrredón, cuyo epicentro es Mar del Plata, y la Ciudad de La Plata, capital de la Provincia. De hecho ha circulado recientemente la triste noticia de que la ocupación de camas para COVID es cercana al 100% en La Plata. La situación sanitaria es realmente muy crítica y, desde que el presidente Alberto Fernández anunció las últimas medidas restrictivas, casi todos los municipios del Conurbano regresaron a la llamada Fase III, y con ello se han achicado y suspendido diversas actividades. La más destacada es el toque de queda a partir de las 23 hs, con el fin de reducir la circulación en torno a reuniones sociales. Pero pasan los días y, si bien los expertos piden esperar a ver los resultados de tales medidas, los casos siguen en aumento y el sistema de salud sigue en crisis.

Por otro lado, recientemente también se ha anunciado que la Provincia de Buenos Aires ha vacunado a 2 millones de personas. Un dato que se presenta como alentador, pero que contrastado con la magnitud de esta segunda ola parece algo insuficiente. La Provincia de Buenos Aires tiene alrededor de 14 millones de habitantes. Por lo cual, si bien este piso de 2 millones de vacunadxs es importante, todavía resta inocular a muchísimas personas más para acercarse al menos al 70% de inmunidad que preveen los especialistas. Por supuesto que la llegada de más vacunas es más compleja y amerita una lente más general del asunto.

Además de la dura situación sanitaria, la Provincia de Buenos Aires atraviesa una dura situación económica y social. La publicación de los últimos índices de pobreza, ubica al Gran Buenos Aires entre los dos conglomerados urbanos más pobres de la Argentina, con 51%, solo detrás de Resistencia, Chaco. La continuidad de la pandemia no hace más que agudizar esta dura situación y dejar en evidencia la insuficiencia de las medidas adoptadas por el gobierno provincial en su año y pico de gestión. Todavía no se dejan ver políticas de Estado focalizadas a combatir al virus y a la pobreza al mismo tiempo. La recuperación del poder adquisitivo es a cuenta gotas tomando en cuenta el alcance de la crisis que dejó Vidal y el golpe que significa la pandemia. En ese sentido, en las últimas semanas cerraron paritarias distintos sectores de trabajadores estatales. La Asociación Judicial Bonaerense aceptó un aumento del 34%, al igual que la CICOP firmó por un 34,4%. Si bien ambas paritarias fueron bien recibidas por lxs laburantes, tomando en cuenta las proyecciones inflacionarias estipuladas en por lo menos un 40%, parecen aumentos salariales insuficientes que deberán ser revisados más temprano que tarde ante una carestía que no cede.

Por otro lado, el gremio de lxs docentes SUTEBA viene pujando por la suspensión de la presencialidad en las escuelas. Si bien en un momento el sindicato se mostró alineado con la insistencia del ministro Trotta de continuar con la presencialidad a como dé lugar, el reclamo de suspender cobra mayor fuerza ante un aumento de contagios tan pronunciado. Recientemente el SUTEBA y el Ministerio de Educación de la Provincia han conformado un comité de crisis para seguir más de cerca la situación de cada distrito, pero la suspensión debería ser inmediata ante la gran cantidad de casos registrados.

Pero de todas formas, la continuidad ante esta segunda ola dependerá de las medidas que anuncien los gobiernos Nacional y Provincial. Ante la escalada de casos en los últimos días, es esperable que haya anuncios al respecto. En ese sentido, Kicillof desde un primer momento adoptó una posición sanitarista un poco más dura en relación a la que expresan otros gobernantes, contrastando sobre todo con la enorme desidia de Larreta en CABA. Incluso ante las últimas medidas anunciadas, Axel hizo uso de la facultad que prevé el DNU de que las decisiones de ampliar restricciones sean definidas por los gobernadores; y en la Provincia se han implementado un puñado más de medidas en comparación con otros lugares. En ese sentido, desde La Plata se tiende a tensionar la discusión política que se genera cada vez que es necesario mayores medidas, pero luego no se termina de implementar lo que discursivamente se expresa. Incluso se puede notar este desfasaje entre el discurso y la acción al ver el Presupuesto 2021 de la Provincia, que omitió la continuidad de la pandemia, al igual que a nivel Nación. Es fundamental que, si en el seno del gobierno Provincial, se considera que son necesarias medidas más fuertes, se implementen y no se ceda al discurso derechista que niega la prioridad de la salud, la importancia de la vacunación, etc. Es clave la implementación de medidas más fuertes para superar esta crisis.

En primer lugar, la suspensión de las clases presenciales en todo el Gran Buenos Aires, y en aquellos distritos que tienen muchos contagios. Es de las medidas más importantes dada la imposibilidad que existe para el cumplimiento pleno de los protocolos, muchas veces incompatible con las condiciones estructurales de las escuelas; y además teniendo en cuenta la circulación que genera el movimiento de estudiantes, padres, madres y docentes utilizando el transporte público.

En segundo lugar, es necesario que el gobierno avance en implementar mayores programas de ayuda económica para lxs laburantes informales, mayores afectadxs por las necesarias medidas restrictivas, y para la enorme cantidad de personas que hoy se encuentran en situación de indigencia, como resultado de la agudización de la crisis. Del mismo modo, el gobierno bonaerense debería intervenir frente a las grandes patronales que suspenden o despiden en este momento de crisis y suspender la actividad en todas las ramas que viene registrando contagios masivos. Son necesarias comisiones de trabajadorxs en cada establecimiento para verla por el estricto cumplimiento de los protocolos en cada actividad.

En tercer lugar, como a nivel nacional, es necesario que los que más ganaron, hagan su aporte, empezando por los grandes propietarios de tierra y especuladorxs así como la suspensión e investigación de la deuda provincial contraída por Vidal. Esos recursos deben estar destinados al fortalecimiento del sistema de salud, a garantizar el derecho a la educación en la virtualidad y a atender a los sectores populares.

Por último, es clave que se profundice la campaña de vacunación -reclamando su envasamiento y producción local- para todos los sectores esenciales, incluyendo a lxs trabajadorxs de comedores y copas de leche que día a día siguen asistiendo a miles de personas.

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