El triunfo de Mayra Mendoza en 2019 fue una inyección de esperanza para los sectores populares que echaron con su voto al macrismo luego de 4 años muy duros. Hoy, comenzando su segundo año de gestión, con las elecciones de medio término por delante, y pandemia de por medio, corrió mucha agua bajo el puente y es necesario revisar qué sucedió en Quilmes. Al igual que ocurre a nivel nacional y provincial, es tangible que las medidas llevadas adelante en pos de la recuperación se muestran insuficientes para contener y revertir la dura situación social y económica. Ante la crisis en curso y con vistas a las elecciones legislativas, es importante discutir una agenda que contemple todas las necesidades populares del distrito.
Meses después de la asunción de Mayra Mendoza, primera intendenta de Quilmes, la pandemia sin lugar a dudas trastocó todo plan previsto y, en coordinación con los gobiernos nacional y provincial, el objetivo 2020 pasó a ser el poder frenar una potencial crisis sanitaria. Desde comenzada la pandemia Quilmes se encuentra entre los 3 municipios bonaerenses que más casos de covid-19 acumulan (detrás de La Matanza y General Pueyrredón) con casi 40 mil. En el último mes, durante la llamada segunda ola, registra un promedio de 160 casos diarios. Sin embargo, si bien hubo momentos donde los principales centros de atención, como los Hospitales Iriarte y Oller, se encontraron con una situación muy convulsionada, se puede decir que el manejo de la crisis sanitaria, en general, viene siendo controlado a nivel municipal. Las deficiencias del sistema de salud en Quilmes, así como en la mayoría de los distritos del Conurbano, responden a problemas estructurales que se agudizaron luego de los 4 años de macrismo. Es por eso que más allá del manejo de la pandemia, en concreto, es necesario visibilizar los problemas de fondo que tienen nuestros hospitales: falta de insumo, falta de infraestructura, escaso personal en relación a la demanda, etc.
La otra cara de la crisis sanitaria tiene que ver con la situación social y económica. Con el 47% de pobreza que se registra en el Gran Buenos Aires, Quilmes es de los distritos más desiguales. Esta situación que viene de arrastre con las políticas de Cambiemos se agudizó el último año a causa de los efectos de la pandemia. Al igual que se vio en muchas zonas del Conurbano, a lo largo del 2020 en Quilmes se llevaron adelante 2 tomas de terrenos en la localidad de Solano y otras 2 en otras zonas. El problema estructural de acceso a la vivienda tiene su correlato local y hasta el momento no hay un plan de abordaje integral para dar respuesta a este problema. La conformación del llamado Consejo de Barrios y Asentamientos (popularmente conocido como Consejo de Tierras) es un gran avance, producto de años de lucha de las organizaciones territoriales, pero al día de hoy se prefigura más como un espacio superestructural que como un espacio para discutir las urgentes problemáticas de los barrios que son una deuda histórica de los gobiernos municipales. La cuestión de la urbanización, el acceso a los servicios básicos de agua y gas, el problema del asfalto y la contaminación de los micro basurales en los barrios son puntos fundamentales que este gobierno debería avanzar en el corto y mediano plazo. Si bien en los últimos meses comenzaron algunas obras, dentro de los 21 compromisos de gestión se menciona de manera deficitaria y no estructural, y en líneas generales en los territorios no se observan avances. Ya existe una creciente disconformidad en muchos barrios como La Matera o Kolynos, donde persiste el reclamo por el cumplimiento de las obras públicas prometidas en campaña.
Otro punto conflictivo tiene que ver con los sucesivos cortes de electricidad y de agua que ocurren en el distrito. Si bien la propia intendenta se ha pronunciado en favor de una campaña para quitarle la concesión a la empresa Edesur, al día de hoy no se han ejecutado medidas que impliquen mejoras para los miles de usuarios que se ven afectados por la desidia y la estafa de esta empresa.
Es en este marco que en el presupuesto destinado al año en curso no se encuentran las respuestas suficientes para resolver las necesidades populares. Los 21 compromisos de gestión estarían respaldados por los 14 mil millones de pesos con los que contaría el gobierno municipal en el presupuesto 2021. Analizando el mismo, se ve que el área de Servicios Públicos y la Secretaría de Salud se llevan el mayor porcentaje con un 27% y 15% respectivamente. En contraste con las áreas de Desarrollo Urbano (Vivienda), con un 10%, de Cultura con un 8%, la Secretaría de Niñez 7% y Mujeres y Disidencias con solo $60 millones proyectados. Los números son realmente escasos si se tiene en cuenta las necesidades y las problemáticas que se vislumbran. Que la Secretaría de Mujeres y Disidencias tenga ese presupuesto implica que difícilmente se pueda asistir en el día a día a las miles de mujeres en situación de violencia y abandono. De la misma forma, el área de Niñez, que desarrolla una tarea de contención estratégica en los territorios, seguirá relegada si se toma en cuenta los recursos con los que contará este año y la situación de precarización laboral ya existente en el área con contratos laborales mensuales. Punto aparte para el área de Cultural y Educación, que si bien durante el 2020 puso en marcha programas de ayuda para los trabajadores de la cultura (que por la cuarentena no han podido trabajar) y los espacios (que muchos han desarrollado tareas esenciales de asistencia durante la pandemia) al día de hoy muchos aún no percibieron lo estipulado. En materia de Educación como ya viene denunciando la comunidad educativa hace años la Escuela Municipal de Bellas Artes necesita mayor inversión, aún más en este contexto. Tanto por no disponer de infraestructura para sostener la modalidad virtual y menos aún garantizar condiciones dignas para la vuelta presencial. En las escuelas quilmeñas, como anunció recientemente SUTEBA Quilmes, el 50% no se encuentra en condiciones y no cuenta con el personal necesario para la vuelta a clases como viene anunciando ATE por falta de auxiliares e insumos de higiene.
Aún con esta escasez presupuestaria estructural de la Provincia, y de Quilmes en particular, éste se encuentra entre los municipios bonaerenses que más dinero se enviará desde el ejecutivo provincial en 2021. El alineamiento entre los gobiernos de Axel y Mayra suponen que, de cara a las elecciones, Quilmes será uno de los “caballitos de batalla” del Frente de Todos en la contienda que librará contra Juntos por el Cambio en Buenos Aires. La derecha quilmeña no logra una intervención contundente, reflejada en el silencio de Martiniano Molina y tampoco se referencia otra figura que reemplace al ex intendente. Únicamente se han acoplado a la agenda nacional de su campo político generando intervenciones anticuarentena, apoyándose en su eje por excelencia la inseguridad y en contra de la agenda popular, pero con escasos resultados. El principal factor es que la política local está fuertemente ordenada por la nacional y la provincial; y la coalición macrista atraviesa una interna y crisis de dirección que hoy por hoy la colocan por debajo del Frente de Todos en las encuestas. Por otro lado, la inminente llegada de Máximo Kirchner a la presidencia del PJ se traducirá como una inyección de apoyo para Mayra y la disputa interna con otros sectores del peronismo.
Sin embargo, la mayor debilidad de la gestión de Mayra Mendoza es la distancia entre lo que se dice y lo que realmente se hace en los territorios. Esto es motivo de crítica de los sectores populares que militaron su campaña y que hoy no quitan su apoyo, pero hacen saber su inconformismo con lo hecho hasta el momento. Pero no solo de los sectores que la apoyan, sino también es de donde se apoya la derecha para construir su discurso gorila y apelar a un sujeto antipopular. La intendenta ha construido un perfil de apoyo a muchas de las reivindicaciones que engloban al campo popular como ser la legalización del aborto, el impuesto a las grandes fortunas y la mencionada y tan necesaria intervención de Edesur. Sin embargo, esto no se condice con las políticas locales que se han implementado. Los servicios de luz y agua siguen con un funcionamiento deficitario, en materia de género las medidas siguen siendo insuficientes y el escaso presupuesto destinado a la localidad no solo prioriza aspectos como servicios públicos con políticas acotadas como la aplicación de luces LED, que no llegaron aún a los barrios periféricos, como ser Villa Luján por ejemplo, sino que tampoco acompaña medidas que lo fortalezcan como sería mayores impuestos a las grandes empresas del distrito. Al igual que ocurre en otros niveles, las medidas implementadas por el Frente de Todos son insuficientes ante el tamaño de la crisis.
Desde Abriendo Caminos consideramos que es necesaria la unidad popular tanto en lo sectorial como a nivel general que aboque sus esfuerzos a que efectivamente se priorice la agenda popular. En un año electoral donde las promesas van a estar a la orden del día y en un Municipio donde Mayra Mendoza sube el piso del debate político desde lo declamativo e identitario, debemos bregar para que efectivamente se implemente y promulguen las medidas populares. Y esto necesariamente implica niveles de ruptura con los sectores concentrados. Las prioridades son las necesidades populares: tanto la situación estructural de infraestructura y pobreza en nuestros barrios, como condiciones laborales dignas a los trabajadores y mayor presupuesto a salud, educación y cultura. Sabemos que esto necesariamente tiene que venir acompañado de un impuesto permanente a las grandes fortunas y mayores gravenes a las grandes mpresas que fortalezca el escaso presupuesto existente y que atienda las condiciones de vida de los sectores populares que empeora la crisis sanitaria y económica que afrontamos. En un distrito donde es importante que no vuelva el macrismo y la derecha, es fundamental avanzar para no retroceder. Desde el campo popular debemos ejercer la presión de los de abajo para que el decir efectivamente se traduzca en el hacer, que esto vaya por la senda de fortalecer las condiciones de los que menos tienen y que pongan los que se la llevan en pala.