El primer año de Kicillof al frente de la gobernación bonaerense estuvo signado por el impacto sanitario y social de la pandemia, sumado al fuerte deterioro dejado por la administración macrista de Vidal, que implicaron un empeoraminto de las condiciones de vida de millones de bonaerenses, y en especial en el conurbano. Ante este panorama, desde el gobierno de Kicillof, en línea con la política de Alberto Fernández, se tomaron medidas paliativas pero que se mostraron insuficientes teniendo, incluso, momentos muy regresivos como fue el desalojo en Guernica. El comienzo del 2021 anticipa que la situación en el distrito estará marcada por el alcance de la “segunda ola” de la COVID-19, ya en curso, y cómo se traducirán sus repercusiones en plano económico y social. A esto se agregan las elecciones de medio término que implicarán una disputa, puja y reordenamiento de las distintas fuerzas políticas. 

Situación sanitaria

El alivio de la situación sanitaria con la baja en la curva de contagios en los meses de noviembre y principios de diciembre quedó definitivamente atrás con el rebrote producido ya comenzando el 2021. De los más de 12 mil contagios por día que se vienen registrando en el país, un promedio de 4 mil son procedentes de Buenos Aires: en el conurbano bonaerense se volvió a registrar un fuerte aumento en municipios como La Matanza, con un promedio de 300 casos por día, Quilmes, Lanús y Tigre, con promedios de entre 160 y 200 casos diarios. Por otro lado, en General Pueyrredón (cuya ciudad más importante es Mar del Plata) se observa un número muy significativo de contagios tomando en cuenta el transcurso de la temporada de veraneo, llegando a cerca de 250 casos por día. Lo mismo ocurre con los fallecimientos que, lamentablemente, hay cerca de 100 por día en la provincia. Esta suba de los casos de coronavirus, si bien se explican en parte por el relajamiento social de las medidas preventivas, tiene su origen en la escasa integralidad de las políticas preventivas que en la última parte estuvo marcada por las concesiones a las presiones empresarias.

La re-apertura de actividades no contó con la aplicación efectiva de un esquema integral, especificado por actividades, ni se garantizó que las patronales cumplieran los protocolos. Sumado a la mayor vulneración del sector informal. El gobierno cedió ante la presión ejercida por sectores empresariales, apuntalados por el macrismo y los medios funcionales.
Es por eso que ante la llegada de la segunda ola de contagios no bastará con el toque de queda comercial implementado para desalentar la realización de reuniones. Ante esta situación será necesario que el gobierno bonaerense defina un set de medidas integrales con el objetivo de frenar al virus, por más que éstas afecten intereses de los empresarios. En ese sentido, al igual que ocurre a nivel nacional, el Presupuesto 2021 aprobado en la Provincia de Buenos Aires no contempla la continuidad de la pandemia ni medidas en ese sentido, como tampoco establece un aumento significativo en los gastos en salud.

Se vuelve necesario priorizar las condiciones sanitarias necesarias para cuidar la salud de las mayorías y con ello el acompañamiento de medidas que ayuden a palear la crisis económica en la región que se agudizó con la pandemia. Incluso si se tiene que implementar una nueva cuarentena o restricciones mayores de circulación (como está ocurriendo en todo el mundo), se necesitan de medidas económicas que acompañen a los trabajadores y pequeños comerciantes. Por otro lado, en la Provincia de Buenos Aires ya ha comenzado la campaña de vacunación con la Sputnik-V, habiendo recibido 123 mil dosis para inmunizar al personal de salud pero este proceso de estima se extenderá, por lo menos, toda la primera mitad del año.

Situación social y económica

La otra faceta de la crisis tiene que ver con la situación económica y social que vive Buenos Aires, por supuesto, ligada al desarrollo de la segunda ola de covid. En primer lugar, el gobierno de Kicillof no logró progresar con los acreedores en el canje que la deuda provincial que alcanza los más de US$ 7000 millones. Este aspecto es central ya que todo el Presupuesto 2021 está estructurado sobre la base de la postergación del pago de intereses. Aún así, este año se estima un déficit que se cubrirá con mayor emisión de deuda por 64 mil millones de pesos. Esto solo profundiza una situación crítica para los recursos provinciales en un distrito donde los índices de pobreza y desocupación finalizaron el 2020 en un estado alarmante: el Gran Buenos Aires registra un 47,5% de pobres y un 13,6% de indigentes. En tanto que la desocupación llega al 14%.

A esto hay que sumarle que cerca de 1.300 millones de personas que viven en el conurbano han percibido el IFE durante el 2020, y que no contarán con esa ayuda para este año. Teniendo en cuenta estos datos, se ve claramente cuales son las grandes necesidades de la provincia: revertir lo hecho por del macrismo y recuperar los derechos perdidos. En primer lugar, cuestionando el origen y naturaleza de la deuda contraída bajo la administración de Vidal.

Pero hasta el momento lo realizado por el gobierno de Kicillof, si bien la situación de pandemia es un fuerte condicionante, se muestra muy insuficiente tomando en cuenta la magnitud de la crisis. Por ejemplo, antes de finalizar el año, el gobernador, junto a Jorge Ferraresi (que asumió como Ministro de Desarrollo en Nación), lanzó el plan de Casa Propia que se sumaba al plan anterior lanzado por Kicillof tras la represión en Guernica y la ola de desalojos en diferentes municipios bonaerenses. Sin embargo, en concreto, el plan de Ferraresi son “200 mil soluciones habitacionales” (no nuevas viviendas) mientras que el Presupuesto 2021 solo establece la construcción de 5 mil viviendas, ambos ¡en los próximos 3 años! Muy lejos de las necesidades reales de las familias.

Por otro lado, en el plano de las paritarias, los gremios docentes acordaron un aumento del 16% mientras que lxs médicos, luego de un extenso plan de lucha (pandemia de por medio siendo la primera línea de contención), acordaron un 36,5% de aumento. Algo que realmente se vio como un triunfo, tomando en cuenta que el gobierno comenzó ofreciendo solo un 14%, pero que se traduce en que un médico o médica cobre de mínima $52.700. Un monto que apenas cubre el costo de vida y no contempla el nivel de exposición que lxs profesionales de la salud tienen en su trabajo. Realmente muy escaso, incluso si se considera también el aumento otorgado a la policía luego de la recordada asonada en Olivos y que catalizó la quita de recursos a la Ciudad de Buenos Aires. La quita en la coparticipación propuesta por el gobierno nacional debe ser puesta en consideración para lxs trabajadorxs estatales de la Provincia. Asimismo, el Presupuesto 2021 contempla un aumento del 32% para la planta pública, es decir, se sigue consolidando la pérdida salarial de los últimos 5 años.

Unidad popular por un agenda de emergencia de los sectores populares

Tomando en cuenta la dura crisis que atraviesa la provincia, y sobre todo en el conurbano, se vuelve fundamental que todas las organizaciones políticas, sociales y sindicales podamos en unidad marcar una agenda que establezca demandas claras que permitan avanzar por más derechos. Si bien la situación nacional ordena mucho a la provincial, el gobierno de Kicillof cuenta con los recursos para hacer mucho más de lo que hizo hasta el momento.

Es fundamental que ante la terrible situación sanitaria, económica y social se suspenda e investigue la deuda de la Provincia, y a la vez se ejecute un impuesto permanente a los ricos para la profundización de medidas que tengan como prioridad las condiciones de vida de los sectores populares.

Siendo la Provincia de Buenos Aires y en particular el conurbano bonaerense uno de los sectores más afectados por el macrismo y agudizado por la pandemia con altos niveles de trabajo informal, pobreza y desocupación necesitamos medidas que vayan en sentido de revertir esa situación. Necesitamos mayor presupuesto para salud y educación, salarios digno para todxs y trabajo para afrontar la desocupación. Además de dar continuidad y fortalecer las medidas para enfrentar el hambre y la pobreza como el IFE.

Para afrontar esto es necesaria la más amplia unidad de todos los sectores dispuestos a luchar en defensa de las condiciones de vida de las mayorías. Además de continuar ejerciendo la solidaridad y organización popular en cada territorio que nos ayude a enfrentar esta crisis sanitaria y económica.

Desde Abriendo Caminos, es parte de las tareas que nos venimos dando en Quilmes, Avellaneda, La Matanza, Tandil, Patagones y Mar del Plata. Buscando construir en unidad una agenda popular para enfrentar la crisis y poniendo en pie una alternativa dispuesta cambiarlo todo.

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